Verdad histórica y judicial

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Manjarrés Fontalvo

José Manjarrés Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jomafo1959@hotmail.com



Podemos decir sin temor a equívocos, que las naciones unidas reconoce desde 1985 la necesidad de reparar a todas las víctimas del conflicto armado interno, y el deber social y estatal de hacer memoria y honrar el derecho inalienable a la verdad.

A un derecho individual y colectivo según el conjunto de principios actualizados para la protección y promoción de los derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad. La memoria es un terreno por la lucha de la víctimas a conocer los hechos que produjeron las violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario; y solo a través de una verdad integral que comprende la histórica y la judicial se puede lograr este anhelo de las víctimas; porque no es solo contarla si no reconocerla y que la sociedad se apropie de ella.

Una verdad integral también implica poner a dialogar las verdades, lo que ha sido imposible y difícil en el país por las versiones contradictorias de la violencia en Colombia. A sí mismo, el derecho inalienable a la verdad no es solo reconocer los hechos, si no conocer las motivaciones, los actores involucrados y entender por qué se produjeron los crímenes.

La memoria es un campo de batalla muy fuerte porque allí es el espacio donde se van a decir las responsabilidades que le corresponde a los grupos la margen de la ley; que sistemática y ostensiblemente ha violado los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario, toda omisión o vacilación en la revelación de los hechos no es solamente un falseamiento de la realidad, si no una negación de los derechos ciudadanos, ya que para las víctimas del conflicto armado interno en Colombia la verdad y la memoria son espacios de reflexión, dignificación y conciliación que les permite atemperar las angustias, desesperos, desesperanzas.

La verdad judicial y gran parte de ella se ha conocido sobre los crímenes cometidos por las versiones libres de los paramilitares desmovilizados contemplada en la Ley 975 de 2005 (Justicia y Paz) esta verdad judicial ha sido uno de los avances en el proceso colombiano, no solo porque ha permitido conocer parte de la verdad, si no porque esta es una precondición de la ley para que exista justicia.