Watapé, Isagén y El Niño

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Escrito por:

Wilfrido De la Hoz

Wilfrido De la Hoz

Columna: Opinión

e-mail: wilfridodelahoz@gmail.com



En el país se está publicitando una gran preocupación por el posible desabastecimiento continuo y permanente del servicio de energía eléctrica debido a varios hechos que suscitan esa justificada inquietud general; tales como el fenómeno de El Niño, la venta de Isagén, el incendio en la generadora de Watapé y la salida del sistema de Termoflores. Esto provocó la compra de energía eléctrica al Ecuador y encender las alarmas de un posible racionamiento del servicio.

 

El tema es expectante y noticioso debido al accidente ocurrido el pasado lunes 15 de febrero en el túnel de acceso a la casa de máquinas en la Central Hidroeléctrica de Watapé, ubicada en el oriente antioqueño y operada por las Empresas Públicas de Medellín. En dicho incendio se destruyeron 400 metros de cable de alta tecnología que evacúan la energía de la central, desde la casa de máquinas hasta la subestación.

Expertos en el tema han dicho que estos cables tienen en su interior un sistema hidráulico alimentado por aceite; cuando su presión se disminuye genera un corto que crea el incendio.

Esta planta tiene una capacidad de generación de energía de 560 megavatios, entregados por ocho unidades generadoras las cuales aportan 4% de la generación total del país, y está fuera de servicio.

Pero nosotros los colombianos nos escandalizamos muy fácilmente. Se están haciendo muchas cábalas acerca de la magnitud del problema, las cuales no pasan de ser eso, cábalas. Las autoridades correspondientes han dicho que están atendiendo la parada de Watapé con la energía generada por Termocandelaria, planta de generación térmica ubicada en la zona industrial de Mamonal en Cartagena.

EPM ya gestionó con autoridades de Méjico la compra, traslado, instalación y puesta en servicio de cada uno de los cuatro cables quemados: Se prevé el restablecimiento de las primeras dos unidades de generación para el mes de mayo de 2016; otras dos unidades de generación entrarían en junio; dos más entrarán en operación en agosto y las dos restantes en septiembre.

Pero lo que no elimina el riesgo de racionamiento es el fenómeno de El Niño, porque autoridades de hidrología y meteorología como el Ideam no pueden precisar si lloverá o no, durante marzo y abril en las zonas donde están ubicadas las más grandes hidrogeneradoras; por eso se acude a la termogeneración accionada con gas, carbón o diésel. También hay que tener presente que a Isagén no la han sacado del país; tampoco la han apagado, ni Watapé es la única hidrogeneradora del país.

El gobierno acude a una lógica de crisis: pedirle a los usuarios que ahorren el producto, consumiendo menos o racionalizando su uso. En este mismo sentido han surgido propuestas como la de adelantar la hora laboral, aplicar mayor tarifa a usuarios con rangos de consumo por encima de los promedios necesarios; pero todas ellas se deben someter a engorrosos procedimientos para su aplicación, lo que demora más la solución real que es proveer el producto para su servicio.

Lo que no parece tan oportuno es que algunos sectores pretendan armar un escándalo, inventándose catástrofes de apagón o racionamiento, aun cuando el sistema eléctrico colombiano todavía tiene capacidad para sortear esta crisis.