¿De verdad cree que es democracia?

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Escrito por:

Cristian Campo Revelo

Cristian Campo Revelo

Columna: Opinión

e-mail: revelorevelo@hotmail.com



El crecimiento de la conciencia civil en Colombia, la educación y formación para ejercer el derecho en las urnas son temas bien claros gracias a la academia, medios de comunicación y todo lo que lo acompañe al ciudadano en su entorno.

Esta es la particularidad de las elecciones del mes de octubre, el ciudadano es consciente sobre cuál es el partido político al que apoyará en las urnas electorales.

Pero como no todo es tan claro en el país de "la letra menuda" las elecciones de este próximo octubre van a estar dominadas por cualquier cantidad de candidatos anónimos que van a ser impuestos por las mismas reglas de fondo de la política nacional, sí, esas que están dominadas por el clientelismo, la corrupción y los intereses de pocas personas tras bambalinas.

En la práctica se ve de esta forma: ya son pocas las personas que hoy en día son vulnerables a regalar su voto o abstenerse de ir a las urnas, hoy en día el ciudadano es participe de la elección y participación de la "fiesta democrática", solo que hay un pequeño problema ¿a quién elegir? Los candidatos y aspirantes a gobernaciones, alcaldías y demás, en la mayoría de departamentos son desconocidos para los electores, me refiero a que los partidos políticos y demás instituciones se empeñaron tanto en hacer de la democracia y la participación un tema tan claro que se olvidaron a quien van a mostrar para que sea elegido.

Entonces resulta que ahora la ciudadanía se muestra motivada a elegir, pero como siempre, el proceso es un retroceso al clientelismo, jefes políticos y lo peor de todo volver a las empresas de interés privado.

En el afán de ganar las elecciones y seguir perpetuados en el poder, los partidos políticos han preparado a los electores para contar con su apoyo pero con este gancho hacen elegir a individuos que son de conveniencia para los intereses privados de estas empresas bien montadas, o sea que el ciudadano no tiene a quién elegir y con la excusa de que es respaldado por la tan anhelada democracia, en el momento de ejercer su libre voto no se le da más opciones que las impuestas por el engranaje político.

A pocos meses de las importantes elecciones los viejos lobos de mar de la política colombiana y en las diferentes plazas políticas de sus regiones presentarán de forma relámpago a sus aprendices de política sacados de algún puesto de confianza, con el único fin de ser sus representantes actuales en el poder para seguir con la continuidad de las costumbres politiqueras a las que ya por décadas estamos enseñados.

Tristemente la fragmentación o división de los partidos políticos en Colombia ha llevado a que los puestos políticos no representen los intereses y las necesidades colectivas, sino que por el contrario son puestos peleados para el beneficio e intereses muy particulares.

Precisamente ahora que se ha realizado tanto trabajo para que el ciudadano sea consciente y vaya a las urnas de elección, en este preciso momento los partidos políticos han dejado para lo último el candidato a elegir y por el contrario han enseñado esa carta de la corrupción que es tan sutil pero que finalmente es tan evidente como la corrupción que nos rodea.



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