Centro histórico: patrimonio de la humanidad

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Escrito por:

Ramón Palacio Better

Ramón Palacio Better

Columna: Desde el Centro Azul

e-mail: ramonpalaciobetter@yahoo.com



 

Sin lugar a dudas, una vez corregidos los actuales y graves aspectos de movilidad vial y peatonal, la invasión de espacios públicos y desmedidas violaciones al medio ambiente auditivo protagonizado por varios almacenes comerciales en el Centro Histórico, en especial en la Avenida Campo Serrano, No cabe la menor duda, que el Centro Histórico de la ciudad de Santa Marta debe ser propuesto y declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La indudable tradición histórica de la ciudad desde su fundación en 1525 la han convertido sin lugar a dudas en la primera lección de historia y también de urbanismo en Colombia, como la primera ciudad fundada en Colombia, quien recibió a Bolívar en sus últimos días en la Quinta de San Pedro Alejandrino, hacienda que desde entonces hace parte fundamental, como igualmente la Catedral Basílica de Santa Marta, la Casa de la Aduana y la Sede de la Sociedad Bolivariana del Magdalena, del complejo y rico Patrimonio Histórico Cultural Bolivariano con el que cuenta la ciudad fundada por Don Rodrigo de Bastidas.
El Centro Histórico, permitió a los conquistadores españoles, expedicionar el interior del país y comenzaron a fundar otras ciudades de Colombia. El Centro Histórico, ha llegado a ocupar un área territorial aproximadamente entre 3 o 4 kilómetros cuadrados, divididos ordenadas manzanas trazadas a manera de reticulares (domino) perfectamente encuadradas en torno a una plaza central, (primera plaza pública) cuyo eje central de composición institucional aún se mantiene. El Centro Histórico cuenta además con espacios públicos de un inmenso valor histórico y patrimonial, la Plaza de la Catedral, La plaza de San Francisco, El Parque de los Novios, El Parque San Miguel o del Cementerio y el Camellón exitosamente remodelado en 1999 siendo alcalde el Arquitecto Jaime Solano Jimeno.
Manzanas reticuladas que fueron construidas, urbanizadas y provistas de las necesidades de infraestructura y utilizadas en dicha época. Se construyeron varias edificaciones que sin lugar a dudas deben declarados Monumentos y hacer parte fundamental de este inmenso Patrimonio de la Humanidad, con el que contamos, La Basílica Catedral, La Iglesia San Francisco, La Iglesia de San Juan de Dios, la sede de la Corporación San Juan de Dios, El Palacio de Justicia, el Edificio donde funciona la Alcaldía o Distrito de Santa Marta, el Edifico donde funciona el Honorable Concejo Legislativo, el Edificio San Juan Nepomuceno, edificaciones de tradicional esencia en su arquitectura muy importantes y extraídas de una enorme lista de los componentes urbanos catalogados de gran variedad antropométrica de originales estilos constructivos. Volúmenes clásicos, de tipología colonial que mantienen con esplendidez armoniosa su variada arquitectura de incuestionable carácter y jerarquía tradicional.
Luego, producto quizás, de las continuas alteraciones urbanas que afectaron la normalidad del Centro Histórico, los bruscos e inmediatos cambios surgidos o que impone el desarrollo urbanístico moderno, alteró su tradicional pulso urbano residencial cotidiano y logró el desplazamiento de las familias a otros sectores de la ciudad, en vías de desarrollo urbano. La continua permisividad existente a finales del siglo pasado, lograron transformar equivocadamente, algunos espacios y edificaciones tradicionales construidas por especialistas alarifes españoles; a pesar de las rigurosas normas existentes en la actualidad, es indudable y manifiestos los errores ocasionados por las modificaciones que acompañan a la modernidad que ha generado una exagerada concentración poblacional institucional indetenible.
Sin lugar a dudas, en la actualidad existe un riguroso régimen urbano de control físico, del Centro Histórico, que definió normas para el uso del suelo y su intensidad ocupacional, también restringió las alturas y los parámetros, retiros espaciales de construcción, para proteger convenientemente este enorme y caracterizado Patrimonio Urbano, con el cual contamos los Samarios y especialmente quienes habitan en estas áreas del Centro Histórico. Sin embargo, aún falta adoptar e implementar urgentemente más medidas de protección y desarrollo; el Gobierno Distrital debe proponer al Gobierno Central y a las Entidades Financieras del Orden Nacional con carácter urgente, las suficientes ayudas para implementar y poner en marcha un fideicomiso en el Centro Histórico, que mejore, promueva sustancialmente el retorno habitacional y podamos rescatar la calidad urbana, tanto de los usos del suelo, como de las condiciones arquitectónicas y constructivas de las edificaciones circunscritas.
El Gobierno Distrital, a pesar de los notorios esfuerzos que desarrolla actualmente en el Centro Histórico, debe realizar una consulta pública, que contenga estrategias más caracterizadas por su integralidad física y económica y podamos atender de mejores formas y maneras el Centro Histórico de esta hidalga ciudad. Conclusiones que no solo contengan la protección de tan importante patrimonio arquitectónico, histórico, cultural y religioso con el que contamos, sino que además, impulsen el desarrollo y la transformación económica, social de sus habitantes y moradores, facilitando, organizando respetuosamente más acciones de ley que actualmente el Centro Histórico todavía no cumple en beneficio de la ciudad.