El Senado de la República, dio esta semana un debate sobre aumentar la edad de consumo de alcohol en el país, e implementar medidas represivas para atender el uso de estupefacientes.
El debate, convocó a las más importantes autoridades del Gobierno Nacional para abordar el problema del uso de sustancias licitas e ilícitas en Colombia y presentó preocupantes cifras de aumento de consumo en infancia y adolescencia.
Compartimos la preocupación por la salud de nuestros jóvenes y menores de edad, sin embargo, la implementación de medidas coercitivas o sancionadoras no resolverá el problema; por lo que se requiere abordar una regulación inteligente, enfocada, fundamentada en evidencia empírica y científica, privilegiando prevención y tratamiento.
Es necesario promover espacios de discusión abierta, que provean información actualizada sobre la magnitud y las características del consumo de drogas y alcohol en Colombia, para re direccionar la política existente y construir un nuevo enfoque en derechos humanos y salud pública.
En este marco, el debate deja conclusiones alarmantes: Por ejemplo, que el mayor consumo de bebidas alcohólicas y de sustancias ilícitas se presenta entre jóvenes de 18 a 24 años; que la marihuana es la sustancia ilícita de mayor consumo en Colombia principalmente en departamentos como Antioquia, Quindío, Risaralda, y Meta; y finalmente, que alrededor de 2.6 millones de personas tiene un consumo que puede ser considerado problemático en el país.Los estudios presentados, no solo muestran que el consumo está creciendo y que hay un mercado de drogas emergentes entre los usuarios, sino que la edad de inicio esta descendiendo o lo que es lo mismo, que el consumo está creciendo entre los menores de edad.
Por todo esto, es necesario actuar. Si en algo estamos de acuerdo, es que ninguna droga es sana, todas causan algún tipo de daño según la dosis y frecuencia de consumo.
Sin embargo, prohibirla o legalizarla como única alternativa, no es una solución real al problema.El Ministerio de salud ha dicho que de dos consumidores de drogas, uno tiene consumo problemático, ya sea físico, psíquico, familiar, laboral o social, eso nos da alrededor de 2.6 millones de personas que necesitan que estos debates transciendan las curules del Congreso.
El punto de partida para una nueva política, es construir evidencia a través de investigación para pasar del mito al dato.
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