Venezuela de ayer, Venezuela de hoy

Editorial
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Nadie pensaba, ni podía creer, aun siendo osado con la imaginación, que Venezuela una nación inmensamente rica, próspera y con un superior nivel de vida pudiese llegar de buenas a primeras al estado de hambre y miseria que hoy padece; todo ello derivado del cambio de régimen político, desgraciadamente para los venezolanos a partir del gobierno comunista de Chávez empezó la debacle total, apenas normal cuando las riendas del Estado pasan a esas manos.

Así sucedió en Cuba, en Nicaragua y en Argentina de los Kichner. En estos dos últimos países el dinero del narcoestado, del Socialismo del Siglo XXI como lo llamaba el Comandante Chávez sirvió para que alcanzaran el Poder Daniel Ortega y los Kichner respectivamente. Hay que acordarse del episodio del maletín con 800.000 dólares que le incautaron a Antonino Wilson comisionado de Rafael Ramírez expresidente de Pdvsa con destino a la campaña Kichnerista.
En España en igual forma se creó el partido Podemos con moneda procedente de la República Bolivariana, Bolivia e Irán. Así apareció Iglesias en el panorama político. Últimamente se introdujeron en Madrid 50 maletas que trajo la vicepresidenta venezolana, se abrió una investigación y se cerró. Los españoles no supieron su contenido puesto que el gobierno decidió que era un secreto de Estado.

Venezuela una nación de opulencia quizás única en el mundo., en cuanto que sus habitantes de menores recursos poseían los mejores electrodomésticos y los mejores vehículos. Esos cinturones de marginados de las grandes ciudades del mundo allí no se percibían. Se denominaban los ranchos, pero gozaban de todas las comodidades. No conocían la pobreza y ahora no solo la empobrecieron, sino que lograron llevarla a la indigencia. Se está comparando con Somalia el Estado fallido de África donde el hambre es el común denominador.

En Colombia mucha mercancía estaba destinada a las ciudades fronterizas con un precio más alto que en el resto del país, habida consideración de que sus consumidores eran venezolanos. Es el caso de Cúcuta en Norte de Santander, siempre estaba inundada de venezolanos comprando en los almacenes cucuteños. Igualmente muchos colombianos iban a San Antonio y San Cristóbal a adquirir en los supermercados objetos importados cuyo costo en Colombia era más elevado.

Los colombianos llenaban sus tanques de gasolina de sus vehículos en Venezuela dado el precio más bajo. Se favorecía Colombia especialmente, pero Venezuela lograba buenas ventas con los colombianos. Ahora los pocos almacenes que aún funcionan en Venezuela tienen sus estanterías desocupadas, absolutamente vacías. Se pasó de la abundancia a la escasez.

Un Ejército profesional que servía y defendía a la democracia venezolana, cuyos oficiales subalternos, superiores y generales eran preparados con óptimos resultados académicos, adelantando especializaciones en las mejores academias del mundo, fue destruido como lo indican los manuales leninistas.

Es conveniente recordar que Lenin decía: “Golpeado y resquebrajado el ejército la sociedad queda bajo nuestro control”. La fuerza principal de su defensa queda extinguida y consecuentemente todo se facilita. Lo convirtieron en una banda revolucionaria armada al servicio de los intereses cubanos, chavistas y maduristas. La injerencia cubana es de tal naturaleza que las agencias de inteligencia incluyendo obviamente la militar son manejadas por los cubanos. Es tal su descomposición que se le denomina el “cartel de los soles”, por sus vínculos con el narcotráfico; hay casi más generales que soldados, cerca de 2500 componen el cuerpo de generales.

Una empresa como Pdvsa productiva y rentable, hoy es ineficiente y catastrófica. No solo escasea la gasolina, la crisis abarca el diésel y el gas casero en bombona como suelen llamarlo ellos. Sus directivos eran capacitados y técnicos. Fueron reemplazados por los compinches del régimen. Las refinerías fueron abandonadas y por esa razón no abastecen el mercado venezolano. Eso mismo sucedió con todo el andamiaje empresarial. La característica en estos gobiernos marxistas es que prevalece la lealtad sobre la técnica y la capacitación. Obviamente una distorsión de la misma en el entendido de que no es decir la verdad, hacer ver las cosas con criterio de colaboración constructiva sino tragando entero es decir imperando por consiguiente el amiguismo. Se hace solamente lo que diga el jefe.
Eso es lo que le espera a Colombia si en el 2022 gana las elecciones presidenciales un comunista como Petro.