Panamá no da abasto, desbordado por la crisis migratoria

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Panamá no da abasto. Se siente sobrepasado por la llegada diaria de miles de migrantes en situación irregular a través de la selva del Darién, que hace de frontera natural con Colombia, en su camino hacia el norte. Las colas se eternizan, para el registro de llegada, para el transporte.

Después de haber atravesado durante varios días la selva, con sus colinas embarradas, ríos de repentinas crecidas y la amenaza de la picadura de serpientes o robos, los migrantes llegan al poblado indígena de Bajo Chiquito, donde las autoridades los registran.

La calle principal de este pueblo de unas pocas decenas de casas de madera a la orilla del río Tuquesa está colapsada por una larga fila de migrantes, que esperan durante horas bajo el sol o la lluvia, entre lodo y basura, a que la Policía fronteriza les tome los datos, requisito fundamental para seguir su trayecto.

Un puñado de miembros del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) registran a los recién llegados y tratan de mantener algo de orden entre los empujones, llamadas de auxilio y denuncias de que algunos se cuelan pagando dinero a otros migrantes.

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"No damos abasto, esos muchachos no descansan. El único país que está haciendo esto es Panamá, contabilizarlos. A mí a las seis de la tarde me dicen que llegaron 2.890, pero ellos a las 2 de la mañana se acuestan, porque de los 2.890 tienen que desglosar las nacionalidades y tienen que desglosar si es menor o no es menor, si tiene los documentos", explica a EFE la máxima autoridad del Senafront en la región, el comisionado Reinel Serrano.

Además del registro general, se realizan biometrías a los sospechosos, ante la posibilidad de que entre los miles de migrantes de más de un centenar de nacionalidades se cuelen delincuentes o terroristas, con alertas de búsqueda internacional.

Según los datos oficiales proporcionados por Panamá, en lo que va de año han cruzado el Darién más de 385.000 personas, una cifra récord frente a los 248.000 de todo 2022, el mayor registro que se tenía hasta la fecha. Además, si continúa la tendencia, las autoridades panameñas ya pronostican que se alcanzarán las 500.000.

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El comisionado Serrano afirma que el problema se acentúa cuando el migrante no tiene suficiente dinero para continuar su trayecto hacia el norte, lo que hace que quizá 1.000 que no pueden continuar se sumen a las 3.000 nuevas llegadas, desbordando el sistema.

"Por ahora lo hemos manejado al nivel límite, pero límite, porque hasta para la comida a veces duele (...) que hay que darle a la mujer y a los niños, todos vienen con hambre, vienen sin dinero porque les robaron, y a veces hay 4.000 comidas y 4.000 comidas no alcanzan", detalla.





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