La obra del pintor aragonés Francisco de Goya (1746-1828), ha permitido conocer mejor la escasa pintura religiosa devocional de Goya
Considerado un tema iconográfico para representar -junto con La Crucifixión- los momentos cruciales de la Semana Santa, una de las manifestaciones de la religiosidad católicas más extendidas.
Una cita fundamental de nuestro calendario que, año tras año, congrega a miles de creyentes, o no, curiosos que, con distintas motivaciones participan de este acontecimiento social, religioso y cultural. La Piedad recrea iconográficamente el momento en el que el cuerpo de Jesucristo desprendido de la cruz yace sobre el regazo de madre.
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El destino de esta pintura de caballete de Francisco de Goya y Lucientes tras su adquisición ha sido el Museo Nacional del Romanticismo
Un museo no tan conocido pese a estar enclavado en un palacete de Chueca, uno de los barrios más populares y castizos de Madrid y que alberga una interesante colección de pinturas, mobiliario y artes decorativas del siglo XIX