Se comienzan a escuchar nombres de posibles candidatos para las venideras elecciones. La baraja de candidatos es amplia y hay de todos los colores y sabores, pero en últimas, termina siendo irrelevante que letra o número gane si no gana el Magdalena. Tenemos una oportunidad más de hacer un ejercicio democrático constructivo y benéfico para el departamento, y es por esto que me atrevo a proponer acciones concretas para los candidatos, los medios y los ciudadanos.
La situación actual del Departamento exige que los ciudadanos más que elegir a un candidato, elijamos un proyecto o una visión de Departamento y Municipio. Los problemas del Magdalena no pueden resolverse todos en un solo periodo ni por una sola persona, por tanto es necesario estructurar un proyecto que tenga continuidad en el tiempo. Exijamos que todos los candidatos planteen sus propuestas en temas que son de interés general, tales como educación, salud y desarrollo. Además, el proyecto político debe tener todos los elementos de seriedad y credibilidad, incluyendo la hoja de vida del candidato-proponente y su equipo de trabajo.
El papel de los medios en la socialización y debate de todas las propuestas es fundamental para que este ejercicio democrático sea exitoso. Los medios impresos podrían publicar un inserto con las propuestas, las hojas de vida de los candidatos, y análisis de las propuestas hechos por analistas independientes. Esto se hace en otros países con la idea de que los ciudadanos sepan por quién y por qué estarán votando. El debate de las distintas propuestas entre los candidatos y con la comunidad es más que necesario y la radio y la televisión son medios idóneos de divulgación. La academia está llamada a participar ampliamente en estos debates para ayudar a decantar las propuestas y que el ciudadano entienda la diferencia entre el populismo demagógico y un proyecto político serio.
A los ciudadanos nos corresponde hacer a un lado la idea de que todos son iguales y que por eso da lo mismo votar por el que sea. Es necesario aumentar significativamente la participación del sector abstencionista, y creo que esto es posible sólo si los candidatos y los medios hacen su tarea.
En un país que dedica demasiado tiempo y recursos a procesos electorales, no es fácil que el ciudadano participe porque realmente está saturado de tanta politiquería. No bien se ha acabado un debate político, cuando ya comienza otro, convirtiéndose esto en un cuento de nunca acabar; pero como anoté antes, el departamento del Magdalena y sus municipios atraviesan por circunstancias difíciles que exigen un mínimo de responsabilidad ciudadana para apoyar a aquellos proyectos políticos que tengan la credibilidad para enderezar el rumbo del departamento. Tenemos que sacudirnos el agotamiento para impedir que nos sigan gobernando grupos de poder que han demostrado hasta la saciedad no tener escrúpulos a la hora de gobernar en beneficio propio. Nos están gobernando los peores entre los peores, y creo que no nos merecemos esta suerte.
Todos tenemos que hacer nuestro mejor esfuerzo, o por lo menos a los que nos duele el Magdalena, para exigir y ser parte del cambio. La corrupción y el atraso se apuntalan en la indiferencia ciudadana.
