Ética periodística

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alfonso Lopez Carrascal

Alfonso Lopez Carrascal

Columna: Pedagogía Constitucional

e-mail: lopezcarrascal@yahoo.com



La Constitución de 1991 estableció para el periodista la responsabilidad social, pero sin embargo la actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional, inclusive relevando al periodista de señalar su fuente en el evento de ser citado ante las autoridades judiciales.

En el caso francés la opinión mira el acto terrorista como un acto de agresión u opresión contra la libertad de prensa, no obstante que el foco de Charlie eran todas las religiones, pero algunos grupos islámicos no lo entienden así y ya hemos visto los resultados en el país sede de la libertad.

Queda por otra parte garantizado el pluralismo informativo y simplemente el Estado evitará las maniobras monopolísticas de la información, pero ese no es el caso de lo que vamos a decir.

El columnista de tierra, Daniel Coronel (Semana) en lo que intitula Bazar de los idiotas, deja ver algo grave que viene ocurriendo a Colombia y consiste en que el periodista y por supuesto un columnista confunda la pauta con la información.

Es muy común que el gobernante de hoy busque la sombra de la prensa y de algunos periodistas que lo amparen ante la opinión de cualquier desaliño y para eso contratan pautas y hay alusión a ellos que sea favorable.

Como dice el columnista citado Daniel Coronell, está bien que un periódico escrito o radial pueda aceptar anuncios de una entidad pública o privada o puede alquilar sus rotativas, si es escrito, para imprimir boletines o informes a la comunidad pero un medio serio no puede vender el contenido.

Está bien que el medio viva de las pautas, pero no ofrecer informaciones u opiniones al mejor postor o gobernante de turno o que periodistas o comentaristas de ese medio escrito o privado reciba por debajo de la mesa estipendios que lo comprometan.

Es muy normal que en provincia algunos gobernantes compren el silencio del informante de prensa e inclusive de algunos medios costosos de la capital. El primero en ser delatado lo fue el periodista Jairo León García, jefe de redacción y columnista del medio el Mundo de Medellín.

El periodista daba cabida a rumores sin prueba o evidencias. La columna fue suprimida y el columnista sufrió la sanción social del medio.

Se probó que tenía contrato ajeno al medio. Otros como Gustavo Álvarez Gardeazbal, en la Luciérnaga y William Calderón sufrieron la misma suerte. Muchas veces el comentarista en sus informes omite aspectos contrarios a la Dirección pero si se investiga obedece a la compra de prensa para que del gobernante se tenga una opinión pública favorable y en este caso no basta que haga una alusión favorable sino que haga una simple omisión en las críticas de prensa.

Penalmente no hay tipificaciones pero si puede haber una causal ética que lo comprometa ante una opinión que debe recibir una información veraz. Son gotas de reflexión y a nuestros caros lectores el mejor de los años en salud, prosperidad y logros.