Otro cuento de Harry Potter

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



En buena hora viene la discusión de los impuestos o reforma tributaria porque el gobierno está desesperado buscando recursos para financiar todas las promesas hechas y subsidiar el pos conflicto, si es que este llega.
No se dice nada nuevo sobre el tema y son las mismas soluciones de siempre: aumentar la base de los que tributan, que los que ya pagan, paguen más, y perseguir a los evasores a lo largo y ancho del mundo. Como colofón, pues que los impuestos temporales se vuelvan permanentes.
Ya saltaron los gremios, con toda la razón porque es que los impuestos frenan el desarrollo del país, y en Colombia ya se pagan demasiados. Es quitarle el dinero a los que saben cómo invertirlo para crear empleos y bienestar, para dárselo a quienes solo saben despilfarrarlo. Ahora, bien, el pos conflicto es responsabilidad de todos financiarlo, pero antes de llegar allá, lo primero que hay que entender es si en realidad hace falta más dinero o simplemente roben menos.
La gente evade porque está comprobado que mucha plata se pierde en los carteles de la corrupción enquistados en la administración pública. La gente no ve los beneficios que debería obtener en contraprestación por contribuir al sostenimiento del Estado. El dinero de todos se gasta en crear un estado de privilegios para unos pocos.
Lo primero es combatir la corrupción. Segundo, que nos digan cómo se van a gastar, o se gastan, los impuestos. Santos dice que va a invertir mucho en educación, esto suena nebuloso y a Harry Potter. Queremos ver planes concretos, cifras concretas, cómo, dónde, cuándo, con quién, para hacer qué, cuáles son las métricas que definen el éxito, y cosas por el estilo. Lo contrario es pedirnos que les giremos un cheque en blanco con base en promesas huecas. Un país donde la Contralora se acaba de volar, y es ella misma acusada de detrimento patrimonial, y los que le antecedieron también, los entes de control no inspiran confianza. Nadie sabe que pasa con la plata de los contribuyentes.
Es obsceno e indecente pedirle a los colombianos que se metan la mano al bolsillo y hagan un sacrificio, cuando un porcentaje importante del dinero del presupuesto queda atrapado en las telarañas de la corrupción y nunca llega adonde debería llegar ni tiene el impacto social que debería tener.
Frenar a los empresarios grandes, medianos y pequeños sería una catástrofe y una política fiscal irresponsable, que incluso podría dar al traste con el anémico crecimiento económico que ha logrado la economía. Es claro que a Santos le toca resolver la cuadratura del círculo y no la tiene nada fácil, pero tomar el camino fácil es el camino equivocado. Puede incluso llevar la economía a la recesión porque las cifras de crecimiento que Santos se imagina se darían en el pos conflicto son mera especulación sin sustento alguno. La lógica indica que Colombia debería crecer más en paz que en guerra, pero esto no siempre es cierto. La guerra también mueve economías, y por otro lado, la subvención del pos conflicto probablemente va a tener impacto negativo en el crecimiento económico en el corto plazo.
Considero que el gobierno y el ministro de Hacienda no han hecho bien su tarea, y el facilismo con que quieren resolver el hueco presupuestal debe ser rechazado por todos. Hagan primero la tarea, y después hablamos de reformas, impuestos y demás.
El Congreso que representa los intereses del pueblo, por lo menos en teoría, debería rechazar de plano este facilismo del Ejecutivo hasta que este último demuestre de forma concluyente que la reforma tributaria que pretende nos traguemos, es lo mejor para el país.
Ya que tocamos el Congreso, que bien que su presidente haya pedido perdón por los vínculos de algunos de sus representantes con el paramilitarismo. Debió aprovechar el momento para pedirnos perdón por los doscientos años de ser el mayor foco de corrupción del país y ser la causa mediata e inmediata de tantas desgracias para el país. Lo hecho equivale a que un asesino en serie pida perdón por haberse robado unas galletas. Si el Congreso fuera un zoológico, ¿qué animal sería Name? Se escuchan sugerencias.