Indudablemente la Selección colombiana de fútbol nos dejó inmensas satisfacciones por lo logrado en esta copa del mundo. ¿Cuál fue la fórmula del éxito? ¿Podemos replicarla en otros campos?
El éxito de la Selección Colombia es parte de un proceso que comenzó hace mucho tiempo, solo que hasta ahora recogimos los frutos de lo sembrado. Uno de los elementos más importantes tiene que ver con la madurez alcanzada por el fútbol colombiano, la cual se cimentó en el desarrollo de capital humano globalmente competitivo, que llevó a que nuestros futbolistas sean no solo atletas integrales sino que además jueguen sin complejos ante los grandes del mundo.
Este proceso de madurez abarcó también la madurez institucional. Se crearon varias divisiones, escuelas de fútbol y la Federación de Fútbol de Colombia se reinventó para viabilizar y profesionalizar el fútbol colombiano. Las barriadas pobres ya no son las únicas canteras de futbolistas.
Antes nuestros futbolistas tenían talento bruto pero no tuvieron un proceso formativo integral y su concepción del juego era muy parroquial. Hoy nuestros jugadores juegan en los grandes clubes de Europa y del mundo a edades muy tempranas y pasan por un proceso formativo que les permite aportar ese conocimiento adquirido cuando son convocados al Tricolor. Antes, primero se era estrella local para dar el salto a Europa, como fue el caso del Pibe y de Asprilla, ahora no. Antes de este Mundial nadie sabía quién era James o Quintero. En síntesis, la inserción del fútbol colombiano en el fútbol competitivo, nos ha permitido desarrollar nuestro talento humano.
Como efecto colateral, el proceso de globalización del fútbol ha permitido que países que han seguido procesos similares al de Colombia, jueguen de tú a tú con cualquier equipo sin asustarse con los nombres y las marcas. Hoy las diferencias entre los grandes y los pequeños son mucho menos notorias porque los pequeños han dado un salto cualitativo enorme. Hoy Colombia tiene suficientes futbolistas talentosos para tener una actuación como la recientemente mostrada en Brasil.
Otro de los temas fundamentales fue el traer un gerente y estratega que armara la Selección con criterios técnicos y transparentes y no con prejuicios. ¿Cuál fue la diferencia entre ‘Bolillo’ Gómez y Pékerman? ¿Por qué Pékerman tuvo éxito y ‘Bolillo’ no?
Pékerman escogió el talento humano requerido para poder hacer realidad el diseño estratégico, y el proceso de escogimiento se rigió por criterios técnicos. Mientras que Bolillo permitió que sus prejuicios determinaran los convocados. Probablemente le ayudó a Pekerman, el ser extranjero y no estar contaminado de las intrigas locales.
Este proceso puede ser replicado prácticamente en todos los contextos organizacionales sean públicos o privados. Por ejemplo, el presidente Santos a punto de comenzar un segundo tiempo, tiene que tener claro cuál es la estrategia y cómo medir su efectividad, cuál es el talento humano requerido (competencias, habilidades, etc) para alcanzar las metas y escoger a sus colaboradores con criterios técnicos y no con prejuicios. Es cierto que el mundo de lo público tiene sus peculiaridades y que a veces se nombran funcionarios según los compromisos políticos adquiridos, pero la transparencia y los criterios técnicos de Selección, en últimas, deben ser los de más peso si se quiere garantizar el éxito de la gestión.
Es erróneo creer que el éxito de la Selección Colombia comenzó con Pékerman y no verlo como un proceso. La virtud y el valor de Pékerman es haber entendido el contexto en el que le tocaba operar y haber tomado decisiones inteligentes y acertadas para sacar el mejor provecho posible.
