Las absurdas bestialidades de un dictadorzuelo In… Maduro

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



"No me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena frente a los actos de la gente mala.". (Martin Luther King)

Ni el mismísimo comandante, remedo pelafustánico del Libertador, hubiera imaginado lo que sería su patria en manos de un eximio ignorante como el ex conductor del metro de Caracas, quien desde que asumió el poder, ha venido de tumbo en tumbo y despedazando lo poco que de ella había dejado el ex Teniente Coronel y ha llevado a la patria de Miranda a un caos absoluto y absurdo en donde, como cualquier sátrapa del Oriente Medio, hace y deshace a toda hora, sin que su entorno íntimo de amanuenses se inmute y, antes por el contrario, lo acolitan y respaldan en todas sus barbaridades, por cuanto de allí ellos derivan inmensas utilidades y todos sucumben ante el poder omnímodo del otro comandantico de pacotilla llamado Diosdado Cabello, otro enfermo de poder y esquizofrénicamente atribulado por pretender seguir llevando las riendas del otrora país que hoy no pasa de ser el hazmerreir del planeta y al que poco a poco va llevando al despeñadero social y económico, obviamente y he aquí lo más triste, sin que nadie desde afuera diga esta boca es mía y es más triste, desolador y vergonzoso que los vecinos prefieran mirar para otro lado y pasar de agache ante el verbo pendenciero e incendiario de un troglodita político que se siente haber llegado a una tierra de ignorantes y a quien lentamente lo están acorralando contra su propia ineficacia hasta hacerlo estallar y despedazarse, porque la paciencia de los venezolanos tiene un límite y a estos se les está extinguiendo la llama y pueden contarse los días que faltan para que cese la horrible noche y la patria de Bolívar vuelva a ser libre y decente, zafándose de tanto lidercillo eunuco mentalmente.
Últimamente al capataz de Caracas se le ha dado por manifestar cualquier cantidad de denuncias y señalamientos sobre hechos que, según él, ponen en peligro la excelente y diáfana democracia venezolana, los cuales siguen siendo liderados y cometidos por la oposición en su afán de desprestigiar ese inmaculado y prístino gobierno que él preside, con el propósito de crear el caos y el desorden, y él, el cavernícola mayor, no lo va a permitir, porque para ello el pueblo lo eligió y mientras tanto la ex república de Venezuela camina rauda y veloz hacia la sima, en donde no hay ni se vislumbra señal alguna de que las cosas vayan a mejorar, por el contrario, el régimen se marchita en medio de su absurda ignorancia, habida cuenta que esas denuncias, descabelladas e increíbles, sólo son una muestra de que la candela está llegando a donde sabemos, y allí, en ese crucial punto, cambiará el clima estacionario y habrá de darse una primavera latinoamericana, momento en el cual, el tirano y la caterva de secuaces que lo acompañan, saltarán por los aires de manera atomizada y víctimas de su propio invento, porque el pueblo no aguanta más tanta incapacidad de parte de sus gobernantes.
Aprovechando la presencia en el suelo venezolano de los cancilleres de Unasur, la bestia negra aprovechó la coyuntura para denunciar ante ellos sobre la captura de tres generales de la Aviación que venían siendo investigados por una presunta vocación golpista, --qué tal lo absurdo, un burro hablando de orejas, cuando el golpista y fascista es él--, acusando a los militares de tener vínculos con la oposición, aunque al sol de hoy, nadie sabe sus nombres ni nada de ellos y todo parece un señalamiento ridículo y etéreo para reagrupar el sentimiento y la solidaridad popular de una sociedad que ya perdió la confianza y que tan sólo espera que el mequetrefe dictador recoja sus bártulos, llene sus alforjas y se largue de allí con las cortesanas que lo acompañan y quienes deben ser castigados de manera ejemplarizante por el despilfarro económico al que han sometido al país que posee las reservas y yacimientos de petróleo más grandes del mundo, y que únicamente un incapaz como él o un demente como el excomandante han sabido despilfarrar, al punto de que hoy no hay un real para una bolsa de leche o para un rollo de papel rabito.
Y el último sablazo de su ignorancia es el relacionado con la presunta destitución de la diputada María Corina Machado, una aguerrida y corajuda mujer con ovarios de titanio que lo ha puesto contra las cuerdas y desafiándolos a él y su cómplice, Diosdado Cabello, los reta a que solamente el pueblo podrá despojarla de una investidura y dignidad que le dio en la urnas y que trató, --con la generosidad del gobierno de Panamá--, de dar a conocer la realidad de su país en la reunión de la OEA, lo que no fue posible, debido a la blandengue complacencia de todos los países del continente, que han asumido una posición de avestruz, como queriendo ignorar la realidad y con su ignominioso y oprobioso silencio están convalidando los desafueros y atrocidades cometidos por ese binomio siniestro y apoyan un esperpento de democracia en donde los derechos políticos y civiles están siendo despedazados por el régimen totalitarista y, mucho peor aun, cuando el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos cohonesta con esa sinvergüenzura y guarda cobarde y cómplice silencio, aunque dentro de poco, nosotros estaremos así, por cuanto aquí tampoco se puede discernir ni discrepar, pero arriba hay un Dios que todo lo puede y el aroma huracanado que se respira es el de que estacionariamente las cosas están cambiando y podría darse por estos contornos una primavera caribeña y salir de tanto mediocre con ínfulas de estadista. Amanecerá y veremos.