¡Estamos con ustedes hermanos venezolanos!

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Saber cuál es el momento adecuado para intervenir en asuntos ajenos no es fácil, o planteado de otra manera ¿Cómo sabemos en qué momento lo ajeno se vuelve propio y demanda de nosotros acción?

Los seres humanos antes de intervenir en algo, valoramos la situación desde distintas ópticas, incluyendo nuestra propia seguridad personal. La diferencia entre un héroe y un cobarde, es que el héroe arriesga hasta su propia vida para luchar por lo justo, mientras que el cobarde se resigna a ser un simple espectador de la tragedia ajena.

¿Qué posición tomar ante lo que está sucediendo en Venezuela? Me produce nauseas la cobardía de los gobiernos latinoamericanos al no atreverse a denunciar firmemente lo que está sucediendo en Venezuela. En este caso, el silencio cobarde -como por ejemplo la diplomacia de Santos- de nuestros gobiernos es complicidad. La sangre, la miseria, la desesperanza y el miedo de nuestros hermanos venezolanos nos concierne a todos, y lo único que no podemos hacer es quedarnos quietos o callados.

¿Qué nos pasa a los latinoamericanos que estamos permitiendo que gobiernos corruptos, ineptos y asesinos maten a nuestros hermanos impunemente? ¿En dónde ha quedado la decencia humana, la solidaridad con los otros?¿En dónde está la OEA, la ONU, las ONGs que todo esto está sucediendo bajo sus narices?

Con los déspotas y violadores de los derechos humanos no se dialoga y por esto el llamado al dialogo de Santos es improcedente. Hay momentos en la historia de los pueblos en que hay que dejar de lado los cálculos políticos, y sin importar lo que suceda, denunciar la injusticia.

A algunos probablemente les parezca exagerado lo dicho hasta el momento. A estos les pregunto: ¿se quedarían callados y quietos oyendo los gritos de auxilio de su vecino al que están masacrando? La mayoría algo haría pero no se quedaría quieta. Los venezolanos no solo son nuestros vecinos sino además nuestros hermanos, y los están masacrando literal y figurativamente.

Basta ya de tanta locura, de tanta ineptitud, de tanto bandido robándose lo que pertenece a sus pueblos. Maduro, y el chavismo que representa, hace rato se pudrió. Es hora de acabar con el engaño chavista. Es hora de sacar del gobierno al más inepto entre los ineptos, a Nicolás Maduro y al socialismo del siglo 21, que ha sido la aventura ideológica más absurda y más costosa de la historia de nuestro continente.

El despotismo ignorante de Maduro ha llevado a que Venezuela esté llegando al punto en que la transición pacífica no sea posible y en el que solo queden dos caminos, si no se produce un derrocamiento antes: la dictadura declarada o la revuelta popular. Ambos caminos costosos en términos de vidas humanas.

El mundo debe hacer a Maduro responsable por lo que pueda sucederle a los líderes opositores. La soberanía no puede convertirse en excusa para violar impunemente los derechos más elementales de los gobernados. La soberanía no puede convertirse en escudo de los tiranos.

Como ciudadanos comunes que somos, la única patria verdadera que tenemos es universal y se llama libertad. Si los pueblos no tienen libertad tampoco tienen patria. Ni siquiera la satisfacción plena garantizada de las necesidades básicas, justifica el despojo de la libertad…a los esclavos se les daba comida y techo pero no tenían libertad, no tenían derechos, no eran personas.

La tiranía chavista ha esclavizado a su pueblo y cada día son menos las libertades y los derechos ciudadanos, y es por esto que la comunidad internacional debe intervenir decididamente en Venezuela. Todas las opciones deben estar sobre la mesa.

Latinoamérica no debe callar, cuando nos están instalando otro archipiélago de Gulag en el vecindario. ¡Basta ya!