Quería escribir sobre lo que sucede en nuestras cárceles colombianas en donde el hacinamiento ocasionó una tragedia recientemente en Barranquilla que ya totaliza más de quince muertos, para decir que no es aceptable que el Estado viole de manera tan flagrante los derechos humanos fundamentales. Incluso iba a sugerir que privatizáramos las cárceles por lo menos para los delitos menores. Más humano, más barato y funciona bien en otros países.
Estaba calentando los dedos, cuando apareció en el noticiero un concejal bogotano, autoproclamado adalid de los valores familiares, ofuscado y ofendido por el video de Shakira, al que definió como una apología del lesbianismo y del tabaquismo…tanta indignación me hizo pensar que este podría ser un buen tema para ejercitar los verbos y los adjetivos.
Estaba estructurando la columna en mi cabeza, y ya se me habían ocurrido cosas como que tal vez a Shakira se le habían pegado las malas mañas de Piqué, quien ya fue sorprendido en fuera de lugar y al que parece importarle el género.
Pensaba decir, que una persona talentosa como Shakira no necesita del escándalo, generalmente reservado para los artistas malos pero bonitos. Le iba a decir al concejal despistado, que el tabaco no se chupa y mucho menos de esa manera ni produce tanto placer, y que esa vaina representaba otra cosa. Claro que eso era antes de enterarme que el concejal tenía su guardado, ya que parece es adicto al porno. Pero tiene razón al decir que el video es una porquería; aunque le dejo la opinión ultima a Gerlein para que de forma contundente nos diga si el video llega a ser excremental.
Estaba perdido en mis laberintos mentales, cuando sentí la chuzada…no porque yo sea un personaje encopetado e importante sino porque estaba en la EPS poniéndome la vacuna contra el H1N1, pero lo sentí premonitorio, y sentí que debía escribir sobre la chuzada a los negociadores, a la fiscalía, a Tola y Maruja, a los zurdos, y a los de siempre.
Parece ser que en nuestras fuerzas armadas hay un cartel de sapos, y no estoy aludiendo al color de los uniformes. Y es probabilísimo que el aspirante a Senador Uribe tenga mucho que ver con esto porque en el pasado ha tenido acceso a información privilegiada a la que no debería tener acceso. Esto no sorprendería porque Uribe es tramposo -unificando terminología como lo sugirió el tramposo retoño mayor- y lleva haciéndoles trampa a los colombianos varias décadas. La trampa justifica los medios.
Se me ocurrió que debía resaltar que hay muchos interesados en que la guerra siga, ya que al fin y al cabo es un negocio muy lucrativo que mueve presupuestos astronómicos. ¿Cuánto mueve la industria militar en Colombia? ¿Quiénes son los dueños de los contratos?
Nuestra guerra necesita muchas bombas inteligentes -si es que puede haber tal cosa-, drones, Tucanos, helicópteros, granadas, ropa, víveres, botas, lanchas, etc, etc. Es que después del narcotráfico y el petróleo, este es el negocio más lucrativo del mundo, y no en vano se entremezclan los tres. Sabemos que la economía del mundo la mueve el petróleo pero pasamos por alto que también es movida por ríos de sangre. ¡Escabrosa realidad!
Vistas así las cosas, resulta obvio que hay más de uno interesado en que lo de La Habana no llegue a feliz término porque acabada la guerra, acabado el negocio.
En toda esta historia de marionetas y marioneteros sería bueno descubrir quién es quién. No podemos descartar a nadie porque en época electoral con un panorama poco alentador para el candidato-presidente, cualquier barbaridad puede inventarse con tal de repuntar en las encuestas. No es lo mismo ganar con poquitos votos, a ganar con el apoyo de la mayoría de los colombianos. La victoria famélica no da legitimidad.
Conclusión, y mientras nos enteramos de los pormenores, el macartismo sigue vivito y chuzando. Creo que esta es la campaña de vacunación más exitosa que ha tenido el país.