Quienes entren a conformar el próximo Congreso de la República, sujeto a los resultados de las próximas elecciones del 9 de Marzo de 2014 - les espera una tarea decisiva para discutir el asunto crucial de la paz y desde esa perspectiva es un imperativo, que se haga una presencia fuerte para quienes queremos la tan anhelada paz para que ese propósito nacional salga adelante, donde se van a debatir asuntos fundamentales,
Colombia no resiste mas esta crisis social que está asfixiando a muchos sectores por las políticas equivocadas que han venido desarrollando los gobiernos de turno, tal es el caso de los campesinos, la situación de las víctimas, más de seis millones aproximadamente en todo el país, la situación de los jóvenes que quieren buscar empleo, que quieren buscar oportunidades….
Todos estos asuntos requieren de una ideología de avanzada poderosa en el Congreso de la República y desde ese punto de vista debe estar plasmada en la mente de los candidatos y seguramente afianzarán mucho más confianza y credibilidad en los diversos sectores sociales, adquiriendo mucha más fuerza, desde luego cumpliéndole al pueblo.
Dentro de los propósitos de paz, lo que hemos visto en esto, es el de un proceso que va avanzando y que surgen indicios de acuerdos en el que contrario a lo que sostienen los representantes dela ultraderecha, sí se está produciendo una disminución del conflicto armado y en el proceso de búsqueda de un futuro distinto que acabe el mismo mediante un acuerdo con bases sustanciales; Colombia es un país inviable con este conflicto armado que actualmente ostenta.
Consideramos que dentro de toda esta baraja de candidatos, que dentro del concierto nacional aspiran a llegar a ocupar una curul en el Congreso de la República a través de Senado y Cámara, se requiere que sean personas de un gran compromiso social, con un sentido crítico, con una visión real de la situación económica, social y moral con todos los elementos e ingredientes que requieren una renovación política del Congreso.
De otro lado, nos toca hacer énfasis a uno de esos tantos aspectos de la vida social de nuestro país, específicamente de la clase trabajadora, y es precisamente el relacionado al salario mínimo, una decisión mezquina e inmoral del gobierno, mientras los Congresistas ganan veinte y tantos millones de pesos, un salario mínimo en Colombia no llega ni siquiera a los setecientos mil pesos y eso es una demostración fehaciente de cuál es la situación del país y a nuestro modo de pensar, los trabajadores formales y no formales deben reclamar fuertemente sus derechos, abrirles paso a una reforma laboral seria y consideramos que parte de esa discusión tiene que ver también con reformar los salarios de los funcionarios de alto nivel y para criterio de mucha gente sensata se requeriría de una rebaja sensible de los salarios de los Congresistas, que surja le espontaneidad , compresión y benevolencia de donar la prima que entrega el gobierno, luego de una decisión del Consejo de Estado en la cual se quería hacer esa reforma, pero aquí también hay que ver la responsabilidad que tienen los grandes empresarios del país, quienes ostentan las riquezas, el sector plutocrático de la sociedad que concentra y acumula más y más riquezas mientras sabe que el trabajo, las condiciones laborales y la calidad de vida de la gente se siente deteriorada y abriendo esa brecha entre los ricos y esa inmensa población en miseria que hay en muchas partes del país.
El porcentaje de aumento del salario mínimo que decide el gobierno son medidas simbólicas, decisiones formales que no tienen ninguna clase de repercusión sensible en la calidad de vida de la gente, de tal manera y desde esa perspectiva muy importante que esas olas de indignación social, de esas protestas que se están dando vayan plasmándose también en decisiones políticas de votación del pueblo por quienes representan sus intereses, sus derechos en el Congreso de la República.