Chequeo de rutina

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



En la política colombiana, sobretodo en un año electoral, sucede como con los pacientes con enfermedades crónicas a los cuales hay que hacerles seguimiento periódico para valorar la condición del paciente.

El anuncio del presidente Santos de querer reelegir su agenda, los movimientos en el gabinete, los movimientos del uribismo, y la situación del proceso en La Habana obedecen al diseño de una estrategia política de todos los actores de cara a la medición de fuerzas que se dará en el 2014.

El uribismo sustenta su estrategia en varios presupuestos. El primero, es que no pueden llegar a la Casa de Nariño en el 2014.

El segundo, es que va a haber algún tipo de acuerdo en La Habana. El hecho sin precedentes de que un expresidente arme lista al Congreso, implica que Uribe cree que este es el escenario idóneo para atravesársele al proceso de refrendación política de lo que salga de Cuba.

La fuerza política del uribismo proviene de varias fuentes. Una, la figura de Uribe y su especial conexión con las regiones, y la segunda, el apoyo de los gremios insatisfechos con este gobierno.

Por parte del santismo, hoy hay un 90% de probabilidades de que Santos sea el candidato. Si Santos quisiera ir por solo dos años más, entonces tal vez Vargas Lleras podría ser la fórmula vicepresidencial. A Vargas Lleras tendría que gustarle esto, y lo dudo mucho. Lo más probable es que el Vice sea alguien como Naranjo o una mujer.

Para asegurar gobernabilidad por los próximos seis años el santismo debe fortalecer des de ya la Mesa de Unidad Nacional y reconquistar a los gremios que hoy se sienten maltratados. Lo segundo le quitaría una fuerte base de soporte al uribismo.

Sería una excelente jugada, que uno o varios de estos insatisfechos dirigentes gremiales entraran a formar parte del gabinete, como por ejemplo, José Félix Lafaurie. A veces la mejor forma de neutralizar a un ladrón peligrosísimo es darle la única llave de la despensa y hacerlo responsable de lo que se pierda.

Un elemento que pesará mucho en la campaña es lo que se está negociando en Cuba. La estrategia de generarle apoyo al proceso de negociación entre destacadas personalidades internacionales ha tenido un costo para el gobierno. Ya no es tan fácil para las partes, especialmente para el gobierno colombiano, levantarse de la mesa de negociación sin una razón muy poderosa. El gobierno colombiano en estos momentos no es el amo delos tiempos.

Irónicamente, las mayores beneficiadas de la búsqueda de apoyo para la negociación por parte del gobierno colombiano son las Farc. Llegaron a la mesa de negociación en posición de debilidad por cuenta de los reveses militares, pero la suerte más que la estrategia, ha permitido que se fortalezcan políticamente en la negociación, contrarrestando en gran parte la percibida debilidad inicial.

Las Farc saben que ya Santos no puede pararse de la mesa tan fácilmente como hace un mes, y que tampoco tiene la maniobrabilidad política para dictarles los tiempos. Los últimos mensajes de las Farc en este sentido son contundentes y no dejan duda alguna de que reconocen esta nueva dinámica y realidad del proceso.

Quedó neutralizada la estrategia de negociación del gobierno de utilizar tiempos inamovibles para evitar el manoseo de las Farc.

Lo anterior, aunado al anuncio de reelección del santismo, reafirma a las Farc en su creencia de que si hay Santos o santismo para rato, ¿cuál es el afán? El gobierno colombiano tiene que convertirse nuevamente en el amo delos tiempos, y lo único que le permite lograrlo sin perder el apoyo ganado, es una ofensiva militar muy efectiva y sostenida, de tal forma que el tiempo y las dilaciones comiencen a jugar contra las Farc, y entonces veremos quién afana a quién.

Por lo pronto, no deja de ser surrealista que las Farc le estén haciendo desde ya campaña política a Santos, quien ha sido el responsable de los golpes militares más contundentes contra esa organización terrorista. Surgen los malos recuerdos porque la última vez que las Farc ungieron de jefe de campaña de un candidato presidencial, estaban a punto de tomarse la Casa de Nariño.

Hasta el próximo chequeo.