La verdad de los ex Presidentes

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Escrito por:

Juan Echeverry Nicolella

Juan Echeverry Nicolella

Columna: Purgatorio

e-mail: juanecheverry@hotmail.com

Twitter: @JPEcheverry



El ex Presidente Pastrana ha criticado con razón la actitud complaciente de todo el gobierno de Juan Manuel Santos hacia el régimen de facto en Venezuela.

Con ello Pastrana le suma razones al análisis público que ha venido haciendo el uribismo sobre el mal gobierno actual.

Todos esperábamos - como dice Pastrana en una de sus duras cartas enviadas a Palacio - que Santos ligaría el tema de la paz a la coyuntura de su reelección. Y así lo ha venido haciendo, el Presidente intenta venderse como el único garante de la paz en Colombia.

Mientras tanto el uribismo viene señalando unos puntos claves que el oficialismo no toca. Y ahí recae la importancia misma de la oposición democrática. Qué peligroso sería un país en el que se le dé vía libre al gobierno para actuar como quiera. Se enojan en la presidencia cada que un editorial periodístico no les da la razón y debemos rechazar plenamente su incomodidad.

Nuestra Carta de derechos permite, alienta y protege abiertamente la libertad de opinión y la expresión de las ideas así no le gusten al Presidente. Lo siento, pero tristemente me toca recordar que no vivimos en una dictadura. Por el futuro de las próximas generaciones es un deber supremo señalar permanentemente algunas verdades sin sonrojarnos.

Es un deber moral, por ejemplo, anotar con mucha responsabilidad que un proceso de paz con las características del actual no acabará con la violencia, logrará solamente reciclarla.

El mal llamado "Marco Jurídico para la Paz" aprueba textualmente la cesación de la acción penal para los bandidos de las Farc. Lo que impedirá que las víctimas de estas ternuritas conozcan la verdad, bloqueará la aplicación de justicia a los victimarios y les permitirá su elegibilidad en cargos de elección popular. Maldito ese Marco aprobado por el Congreso e impulsado por Santos y maldito ese acuerdo que al parecer sólo es bueno para buscar la reelección.

Maldito porque no solucionará nada de fondo en nuestro conflicto y mantendrá vivos los resentimientos con los terroristas y con el Estado. Maldito porque seguirán las injusticias y maldito porque luego de un tiempo de su aplicación, veremos resurgir la violencia con más ira y apetito de venganza que antes.

Es además irrespetuoso pedir a los ciudadanos que firmen cheques en blanco de respaldo a procesos sobre los cuales no se les entrega información. No tiene sentido negociar de espaldas al país sus propios modelos económicos, sociales y políticos; porque será el mismo país quien impida que lleguen a término tales aberraciones.

Lo que no esperábamos -y también nos lo recuerda Pastrana- es que para legitimar su proceso de paz con apoyos espurios, el Presidente Santos prostituyera nuestros principios democráticos avalando el gobierno de facto de Nicolás Maduro en Venezuela.

A Pastrana y a Uribe los separan gran cantidad de situaciones históricas y acontecimientos. Los separa también su carácter. Pero los une su buena fe en la búsqueda de una salida efectiva al terror impuesto por el terrorismo comunista.

Uribe y Pastrana se diferencian de Santos en la medida en que los primeros dicen la verdad al defender sus principios así no sea bien vista en un momento. Mientras el segundo se acomoda a las circunstancias con las mentiras que ya todos le conocemos. Y yo me pregunto: ¿Quiénes son peores, los que mienten, los que se comen la mentira, o los que permiten que sigan diciendo mentiras? Yo no quiero hacer parte de ninguno de los tres grupos.



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