De la seguridad democrática a la verdadera realidad nacional

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



"La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando ante las opiniones de los demás.

"Wínston Churchill.

Estamos cumpliendo algo más de un mes del nuevo gobierno colombiano y desde todos los rincones de la patria se da muestras de que, como los vecinos cundo llega visita,

vivíamos de manera eufemística una aparente tranquilidad que le daba un relax a muchos, sobre todo a aquellos badulaques y pusilánimes que no se atrevían a contradecir las imposiciones del ex emperador…cito y desnudándose la verdadera realidad nacional nos damos cuenta que la situación explotó y no se puede tapar el sol con las manos y, más bien, lo que debemos hacer es enfrentar esa situación como debe ser y no con baratijas de oratoria típicas y propias de aquellos maquilladores sociales que antecedieron a este gobierno.

Tan pronto asumió el nuevo gobierno y con las crecientes expectativas que este ha ido sembrando en la sociedad, que ha visto con buenos ojos y exultante optimismo, nos enteramos que todos los días ocurren situaciones que parecían haber quedado en el pasado y que esa era una página de la historia violenta que habíamos doblado y nunca más volveríamos a escuchar de esos actos vandálicos y terroristas, obviamente que así lo pregonaba el ex emperador…cito y su áulico círculo de aduladores que celebraban todo lo que él hacía y de manera desvergonzada y rastrera le temían a su rabietas.

Es difícil entender cómo y por qué de un tiempo tan excesivamente corto hemos vuelto a esas noticias desalentadoras que despedazan las ilusiones de un pueblo que mira impávido e impertérrito los desmanes de unos desadaptados sociales que aún persisten en sus quiméricas posiciones de alcanzar el poder por la vía de las armas y se niegan de manera sistemática y absurda a entender y aceptar que los tiempos han cambiado, que las épocas nefastas de José Stalin o Pol Pot pasaron de moda hace rato y hoy se incuba un nuevo orden mundial en donde debemos participar de manera activa y dinámica para lograr los objetivos de cimentar una sociedad equitativa e igualitaria, siempre desde otras trincheras políticas en donde la dialéctica y el disenso sean la compuerta de los enfrentamientos y génesis de una verdadera sociedad moderna, esa misma que se edifique bajo los postulados de la Revolución francesa, .

En el país soplan vientos de cambio, tanto de mentalidad como de accionar, y es menester entender que todos debemos hacer parte de la solución y empeñarnos de manera decidida a ayudar a empujar esas famosas locomotoras de las que habla el nuevo Presidente y dejar atrás esas ridículas posiciones imperialistas del pasado próximo para que Colombia llegue a ser eso que el ex presidente español Felipe González manifiesta, en el sentido de que podemos llegar a ser un ejemplo digno de imitar en esta esquina del planeta, aunado esto al compromiso adquirido por el gobierno del doctor Juan Manuel Santos Calderón ante la Organización de la Naciones Unidas cuando espetó ante ese foro mundial que combatiría la pobreza y propendería por la igualdad, el equilibrio y la equidad social y para ello los colombianos quedamos expectantes de cómo lo hará.

Para que este nuevo gobierno democrático se desprenda completamente del yugo retrógrado y fascista de su antecesor, es imperativo que se anuncien vientos de cambios y decisiones que repercutan sólidamente en el grueso de la población, sobre todo en aquella que deambula por las calles presa de la mendicidad y famélicos en todo sentido, para desbaratar aquel eufemismo de que éramos padres de una seguridad democrática, -exclusiva para unos cuantos afortunados- mientras la inmensa mayoría padecía por conseguir un mendrugo de pan, habida cuenta que el hambre y la falta de oportunidades son el embrión propicio para incubar tantos desafueros sociales en los que ha sucumbido mucha gente.

Ojalá que el Presidente sea iluminado por Dios y proceda a desbaratar tantas inequidades sociales para que esta patria, la que soñamos todos, sea, como dicen muchos, el mejor vividero del mundo.