Hillbilly Elegy

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com

Unos pocos milímetros cambiaron el curso de la historia para bien o para mal.  Si Trump hubiera sido asesinado, se hubiera desencadenado una reacción en cadena dentro de los Estados Unidos que hubiera arrastrado al mundo.  La reacción de Trump durante el evento lo convirtió en leyenda y proyectó fuerza, liderazgo, coraje y determinación en medio de la adversidad; los valores que han hecho grande y poderosa a la Unión Americana.  Paralelo indiscutible con el atentado a Teddy Roosevelt, que aunque en otro tiempo, encarnan el mismo espíritu.  Todo indica que en los turbulentos tiempos que vivimos, los estadounidenses quieren un líder como Trump.

El movimiento Maga (Make America Great Again) necesitaba un cuerpo y una voz, y sin duda la elección de J.D. Vance como fórmula vicepresidencial logra el cometido con creces.  Es bueno explicar el panorama porque desafortunadamente la mayor parte del mundo sigue los acontecimientos estadounidenses por los medios progresistas; los mismos que han distorsionado sin descanso la imagen de Trump y que casi logran que una mente envenenada por ellos acabara con la vida del expresidente. 

J.D Vance encarna el sueño americano.  Su vida fue contada en un libro, Hillbilly Elegy, que dio lugar a una película.  De raza blanca que creció en una comunidad pobre, llena de delincuentes y drogas, una de esas comunidades olvidadas donde viven los que despectivamente son llamados “Basura Blanca” o White Trash.  Contra todo pronóstico, J.D Vance se dio una educación, se enroló en las fuerzas armadas y peleó en Iraq, se convirtió en un excelente abogado egresado de una de las mejores universidades, hizo fortuna en el mundo de la tecnología.  Este es el sueño americano: Si trabajas duro, si tienes los valores correctos y tienes la disciplina y coraje para luchar por lo que crees, puedes lograr el éxito.  Entonces, como pocos, J.D Vance tiene la autoridad moral y tiene el entendimiento del sufrimiento del 60% de los americanos.  La clase trabajadora estadounidense que fue olvidada tanto por Demócratas como Republicanos, hasta que llegó MAGA y Trump y cambió eso.

Hubo un tiempo en que el estadounidense que vendía su sudor y trabajaba con sus manos podía aspirar a tener una casa, un carro y todo lo que la sociedad podía ofrecer.  Con la llegada del progresismo globalista los más afectados fueron los blancos, que vieron como se le daban prebendas a minorías que le eran negadas a ellos, mientras sus trabajos eran exportados a otros países.  No solo sus modos de vida fueron atacados sino también sus valores culturales y religiosos.  Mientras esto sucedía, de la mano demócrata se creaba una élite meritocrática, que miraba, y todavía mira, con desprecio a esa población blanca, negra, latina poco educada.  El sueño americano había muerto y solo estaba disponible para las élites del mérito, generalmente extranjeros venidos de todo el mundo.  Si se entiende esto, se entiende el sentimiento hoy prevalente en un enorme sector de los votantes americanos.  Si se entiende esto, se entiende el surgir de Maga y Trump, se entiende el sentimiento antiinmigrante y antiglobalista.  Entender no quiere decir compartir.  Cada cual habla según como le fue en la fiesta, y sin duda en la fiesta de Biden y Harris, el trabajador no educado estadounidense ha pagado un alto precio, y por esto es probable que pierdan las elecciones.

El truco de Maga es que es un movimiento populista que ha sabido interpretar el descontento y resentimiento de los olvidados y les ha dado voz.  Trump amplió ideológicamente al partido republicano hasta convertirlo en el partido de los trabajadores.  En la convención republicana que acaba de terminar, por primera vez en décadas, un dirigente sindical de uno de los sindicatos más grandes de los Estados Unidos, participó en una convención, dándole su apoyo a Trump.

El mundo recuerda la imagen de Trump con el puño en alto y gritando, fight, fight, fight, y eso es precisamente lo que los trabajadores estadounidenses harán.

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