Incompetencia absoluta

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Exige esfuerzo mental ver la realidad detrás de los números para enfocar el debate en lo relevante que no es otra cosa que la realidad socio-económica y el impacto en las familias colombianas. Visibilicemos el dolor y a la angustia de las familias porque solo así seremos empáticos y solidarios.  

El Dane reportó que en el segundo trimestre el PIB colombiano creció solo 0,3%.  Para disminuir la pobreza las economías deben crecer por encima del 5% anual.  Entonces, el crecimiento reportado quiere decir que aumentó la pobreza en el país.  Además, estamos a puertas de una recesión.  

El PIB refleja lo que se produce en una economía, es decir, lo que producen los empleados; depende de la actividad privada y estatal.  En otras palabras, cayó la actividad privada y empresarial y cayó la actividad estatal.  Esto último explica el desespero de Petro por la baja ejecución presupuestal.

Petro ha culpado a las altas tasas de interés, y le ha pedido nuevamente al Banco de La República que las baje. Simplismo, falacia y populismo.  El Banco tiene la misión de manejar la inflación y garantizar la salud macroeconómica en el largo plazo. Hoy la inflación ronda el 12% anual, lo cual es altísimo.  Aunque es cierto que la inflación ha cedido un poco, las expectativas de comportamiento son opacas. Parte de la desaceleración es causada por las tasas de interés, que es el objetivo perseguido.  Hoy hay un choque entre la visión de largo plazo del Banco y la necesidad inmediata del gobierno de manejar la crisis.  

Las actuaciones del Banco toman meses en tener efectos en la economía, y siendo así las cosas, pretender manejar la crisis bajando tasas de interés es la herramienta equivocada.  Petro tiene un arsenal propio a su disposición y mucho más idóneo: Manejo de la política fiscal.  Esto quiere decir, que Petro puede bajarle los impuestos a la gente; petición que le han hecho varios gremios, como por ejemplo el turismo.  Adicionalmente, puede aumentar el gasto público y aumentar así la participación del gobierno en la economía, que es lo que le está exigiendo a sus ministros.  

El problema de Petro es que la exigencia a los ministros para que ejecuten es inocua.  Primero, el gobierno ha sido incapaz de articular una hoja de ruta viable y sensata. No hay una visión ni una meta.  Segundo, las propuestas de reformas, dejando de lado que dañan la economía, no han sido aprobadas y la crisis no da espera; es decir, tendrá que aumentar el gasto público con la hoja de ruta de otros gobiernos.  Y tercero, incluso si las reformas hubieran sido aprobadas, el haber prescindido de la tecnocracia en los ministerios para remplazarlos por activistas e influencers lo deja en la nada envidiable posición de no tener equipo para hacer realidad sus políticas.  Es absurdo pedirles resultados a los ministros, y sobre todo darles un mes de plazo, cuando no se tiene la burocracia idónea a disposición.  El problema del gobierno es de falta de capacidad instalada y know how.  Parentéticamente, lo mismo sucede en seguridad.  Irresponsablemente echaron a toda la cúpula y diezmaron dramáticamente la capacidad operativa de nuestras fuerzas armadas.

Uno de los grandes problemas de este gobierno caótico, es que los ministros son peleles y tienen que estar dispuestos a prestar oídos y boca a las sandeces del presidente.  Petro cree saber todo sobre todo y no acepta que lo contradigan. Pretende ser presidente, ministro, juez, legislador, autoridad monetaria, fiscalía, y muchas otras cosas.  Absolutismo presidencial.  Quiere copar todos los espacios -cuando no está desaparecido- y entonces los ministros son figuras decorativas y cajas de resonancia de Petro.

Dejo constancia de que si alguien debe irse en un mes por falta de resultados, ese es Petro.