¿Condenados a la informalidad?

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

El Pájaro de Perogrullo

El Pájaro de Perogrullo

Columna: Opinión

e-mail: jplievano@outlook.com



Es realmente preocupante lo que esta ocurriendo en el Congreso de la República, a propósito de las reformas a la salud, laboral y pensional. Deberían estar enfocadas a mejorar en términos económicos, sociales y de servicios. La reforma a la salud debería mejorar el servicio y lograr un mejor empleo de los recursos. La reforma laboral debería implementar herramientas para la flexibilidad laboral y así contar con más empresa y más empleo formal de calidad. La reforma pensional debería buscar mayor cobertura y ahorro, cuidando los recursos y fomentando la legalidad.

No obstante, las posiciones de la mayoría de los parlamentarios sobre los proyectos parecen ignorar estas simples bases. El apoyo a estas iniciativas se dará incondicionalmente por parte de los partidos y parlamentarios que aun apoyan al Gobierno, por la simple identidad ideológica y, de otros, por el sabor de las lentejas. Sorprende, además que muchos de los parlamentarios que apoyan estas iniciativas no tiene la preparación jurídica, técnica, económica o financiera para entender sus consecuencias. No es lo mismo ser activista de redes sociales o político de barrio, a estudiar, comprender y votar adecuadamente, desde un punto de vista político nacional, jurídico, técnico, económico y financiero, las leyes. Muchas cosas, entonces, se votarán sin el adecuado entendimiento, simplemente porque no se tienen las cualidades para hacerlo. Sorprende de manera ingrata que se apruebe un artículo en la reforma a la salud, en el que se establece como obligación de los médicos “resolver” lo relacionado con la salud de los pacientes. Un estudiante de derecho, casi de primer semestre, sabe que las obligaciones de los médicos son de medio y no de resultado. Sorprende, además, que no se escuchen las voces expertas, como la del Banco de la República, respecto a la casi segura destrucción de empleos formales, como resultado de una reforma laboral que no flexibiliza, sino que le da rigidez al mercado laboral y las relaciones empleador-trabajador, reforma que además busca fomentar a los sindicatos, en claro perjuicio de la empresa y el empleo e, incluso, al derecho de asociación, que incluye el derecho a no asociarse. Respecto a la reforma pensional, y debido a los subsidios y subvenciones existentes y que se crean, en combinación con la reforma laboral, se pueden presentar incluso menores aportes, pensiones y ahorro. Es como si quisiéramos hacer todo lo posible para que la economía siga siendo informal, en perjuicio de las empresas y empleo formal, y de todos los ciudadanos si miramos la afectación de las reformas desde un punto de vista global y holístico. Así, en lugar de afincar beneficios laborales para los formales, sindicalizar la relación laboral, premiar a los que no trabajan formalmente y no aportan, desahorrar y estatizar los servicios de salud, deberíamos crear un ambiente propicio para formalizar y crear más empresas y empleos de calidad. Por todo este galimatías, que se debe a la ideologización y la falta de rigor del Gobierno y muchos legisladores, nos viene como anillo al dedo el título de la obra de David Bushnell -Colombia, una nación a pesar de sí misma-, para que logremos superar este momento, a pesar de nosotros mismos.