Samario turista.

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

María Vélez Rojas

María Vélez Rojas

Columna: Opinión

e-mail: mariavelezrojas95@gmail.com


Nacer en Santa Marta te vuelve un ciudadano más, pero vivirla y sentirla en definitiva un samario de corazón.

Quizás para muchos, Santa Marta es una ciudad de “fines de semana” o para “vacacionar”, pues es claro las existentes problemáticas que albergan a diversas generaciones que impulsan a que no encuentren otra alternativa de que su sentido de pertenencia tenga un límite y que por supuesto, éste se encuentre hasta donde lleguen sus intereses individuales. Es una triste realidad, pues… nos hemos perdido de la grandiosa oportunidad de disfrutarla muchísimo mas y hasta de quizás (las personas que hemos vivido toda la vida aquí) normalizar muchas de las cosas que tiene por darnos, hasta el punto de ignorarlas. 

La pandemia nos premió con la valiosa enseñanza de percibir la libertad como un bien necesario para nuestra vida, y en esa valiosa enseñanza mencionada, la preciosa experiencia intensificada posterior a meses que parecían de interminable encierro, pudiendo así configurar una perspectiva -quizás- muy contraria a la que veníamos manejando antes de ella, respecto a todo lo que nos rodeaba en nuestra cotidianidad. Caminar por la Bahía hacia el trabajo sin percibir el paisaje constante que tenía para regalarnos, transitar el centro con la perturbadora molestia de su ruido y de los calores del medio día buscando un espacio para almorzar sin de pronto, detenernos a contemplar su arte y así, íbamos por la vida sin querer darle una tonalidad más colorida a nuestro día.

Ser conscientes del mundo que nos rodea y de donde nos encontramos nos hace caminar nuestras calles con la mirada de aquel turista dispuesto a generarse interrogantes generados por la sensible capacidad de sorprenderse de aquellas cosas pequeñas, hasta las más grandes, incentivándonos así dejar de mirar para afuera y empezar a ver que un tiquete a las tierras de nuestro interior también valen todo el goce y la pena del mundo, haciéndonos así a nosotros mismos, la genuina invitación de conocer más nuestro territorio, nuestras playas, nuestra historia, por qué no? comprar más local, generar ideas de emprendimiento samario, crear e impulsar nuestras capacidades y creer en nuestro potencial samario como escritores, actores, artistas, etc. 

Sin duda alguna, debemos conocer y amar de donde somos para saber y tener más claro hacía a dónde vamos.