El desempleo: un aniquilador de ilusiones

Columnas de Opinión
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Escrito por:

María Vélez Rojas

María Vélez Rojas

Columna: Opinión

e-mail: mariavelezrojas95@gmail.com


Para nadie en el territorio samario es una sorpresa la cantidad de desempleo que se evidencia. Es increíble cómo personas jóvenes recién graduadas manifiestan el amor por su tierra pero el desprendimiento que deben tener hacia a ella al momento de querer cumplir sus sueños, pues, en ella no encuentran suficientes oportunidades. 

La perla siempre se ha caracterizado por ser ese lugar ‘amañador’ donde todos quieren estar, ésta cuenta con miles de características que para el habitante con un empleo soñado, salario bien remunerado y condiciones dignas vendría a ser el verdadero ‘quién pudiera’. Y es que, no es para menos, si solo el hecho de poder contemplar un atardecer samario después de una larga jornada laboral ya es un placer del que pocos cuentan. No me imagino si realmente fuera el beneficio de muchos. Realmente no tuviésemos que mirar hacia otro lugar y nos dedicaríamos a devolverle a nuestra tierra con trabajo y esfuerzo, todo lo que ella nos ha llegado a brindar y así crecer en comunidad con bases amor y sentido de pertenencia. 

Ojalá todos los temas de educación, de desarrollo y de cultura fueran iguales a ese atardecer samario del que tanto hago referencia, lastimosamente la realidad es otra.

Es triste ver cómo existe una cultura configurada socialmente en forzar a los jóvenes a penas a sus 17 años a tener que elegir lo que se supone ejercerán toda su vida laboral, terminar dicha carrera ‘a tiempo’ y encontrarse con el mundo del desempleo. Y es cuando uno se pregunta: ¿para qué tantas presiones? ¿Es realmente necesario? 

Resulta ser realmente frustrante, pues, ya el simple hecho de coincidir en lo que elegiste en los 18 a los 23 es una fortuna que pocos logran tener, y que si no la tienen, igual se ven en la obligación de terminar la mal equivocada carrera que por obvias razones inmaduras eligieron a los 17 porque no todos cuentan con el apoyo de sus familiares para elegir otro camino, segundo, si la carrera que elegiste a los 18, la sigues eligiendo aún a los 26 muy a pesar de que sea lo soñado, el desempleo puede llegar a ser un verdadero aniquilador de ilusiones. Siempre hay algo de negativa cuando vemos en perspectiva el sistema en el que nos encontramos. Y es trabajo de nosotros cuestionarlo.

No me cabe duda de que Santa Marta cuenta con muchísimos jóvenes/adultos realmente capacitados, con un montón de creatividad e intelecto para aportarle. Es doloroso ver todo lo que nuestra ciudad se ésta perdiendo. Es indignante ver lo que seguramente también los jóvenes/adultos y seguramente otras generaciones aún se siguen perdiendo de ella.

Los jóvenes y adultos requieren oportunidades, urge que dejen de ver a su ciudad como un ‘pueblo’, exigen sentir que la inversión de tiempo, recursos y esfuerzo en su trayectoria académica realmente está siendo remunerada y reconocida cómo debe ser. Es doloroso ver como la mala configuración de un sistema puede al mismo tiempo esfumar tantos sueños que se esconden en mentes brillantes (para lo que les apasiona) y hasta en lo que no también, que, sin duda, hacen que se proyecten como buenos potenciales.  

Hay que hacernos las preguntas correctas para encontrar las soluciones precisas ante dicha problemática. Sueño con que Santa Marta sea la verdadera ‘Magia de tenerlo todo’, sueño con que mi perla no solo sea vista para venir a vacacionar, sino también, inspire a muchas otras por las oportunidades bien aprovechadas, por el reflejo de educación en cada uno de sus habitantes, por el diálogo de respeto que podamos sostener con el de afuera y con nosotros mismos, por ser aquellos soñadores con los pies bien puestos sobre la tierra, por materializar, por trabajar mancomunadamente con nuestros conocimientos y las múltiples posibilidades que necesitamos para hacer crecer nuestro intelecto, cultura y aquella humanidad que construya aquel puente de desarrollo social que necesita nuestra ciudad.