La música, siempre ha sido herramienta vital de catarsis, compañera directa en múltiples escenarios (algunos buenos, otros no tan buenos) en nuestras vidas y sin duda, huella imborrable de uno que otro recuerdo nostálgico. Ella, ha surgido en nuestro territorio de manera autentica porque tenemos la fortuna de ser un país reconocido a nivel mundial por poseer una cultura rica en sonidos e instrumentos, por tener, además, un buen ‘oído’ para el ritmo y sobretodo un buen don del disfrute mediante la danza o el canto.
Todo esto, gracias a que nos abrazan históricamente diversos ritmos nacionales que han generado un importante y valioso camino que nos otorga en la actualidad, la grata calificación de poder ser la industria musical más grande en toda América Latina.
Como si fuera poco, nuestra industria cuenta con una lista de artistas que han evidenciado no solo lo que tenemos para brindar a partir del arte, sino como calidad humana, y aunque en el presente toda ésta ‘onda latina’ éste resonando más que nunca, la verdad es que le debemos gran parte de éste recorrido al trabajo arduo y a la presencia femenina ejercida a partir de los años 90 en cantantes como nuestra barranquillera Shakira Isabel Mebarak, la cual nos ha dejado claro desde hace mucho tiempo el porqué de su apodo como “Reina del Pop”.
Shakira, ha sido para todos la “Reina del Pop”, pero para muchas sus canciones han significado la complicidad de aquellos amores y desamores inevitables, la antología de escritos jamás enviados, la excusa para tirárnosla de locas haciéndonos las ciegas, sordas y mudas y la perfecta razón para renovarnos un día de enero cada vez que inicia un nuevo año.
En el año 1991 inicia su carrera artística en un sector abanderado por hombres y, por si fuera poco, sin la colaboración inmediata de las redes sociales las cuales logran facilitar la ‘fama’. Rompió patrones, siéndole fiel a su autenticidad mediante el moviendo caderas con sus pies descalzos y haciendo oídos sordos a diversas críticas destructivas respecto a su original y diferente voz. Todos estos puntos vitales la llevaron a un verdadero reconocimiento, el cual, a largo plazo, le fue construyendo espacios (no solo desde lo artístico, sino también desde su rol femenino) a otros/as artistas en nuestro país como lo es a Carolina Giraldo Navarro, más conocida como Karol G.
Karol G ha generado presencia escénica desde el 2012, dejando una marca inigualable en su voz para todo aquel que la escucha, evidenciando que el reggaetón no es solo ‘perreo y más ná’, pues… se muestra como una profesional integra, la cual, ha cautivado desde la generación más pequeña, hasta la más grande mediante su genuina sonrisa, complementada muchas veces, por los importantísimos mensajes que se logran reflejar en sus canciones, los cuales conllevan no solo a la narrativa de nuestras vidas sino, a una invitación de reconciliación con nosotros mismos y como sociedad diversa e inclusiva.
En el último sencillo ‘TQG’, ambas dejaron en evidencia que individualmente son poder puro, pero juntas, son realmente imparables. Nos dejan claro, que el reggaetón no solo se ‘perrea’, sino que también logra generar ‘poderío’, en este caso, dejando como alternativa colectiva un llamado a la sororidad y al amor propio para ser cada vez más unas ‘triple M: más buenas, más duras, más level’, para nosotras mismas, pa’ nadie más, porque ‘no hay tiempo pa’ lo que no aporte’, porque… ‘por hombres, no se compite’.