¿Estamos viviendo sabroso?

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Escrito por:

Sebastián Palma

Sebastián Palma

Columna: Opinión

e-mail: sebastianpalmar9@gmail.com


El 19 de junio de 2022 se dio la segunda vuelta de las Elecciones Presidenciales que tuvo como ganador al actual Presidente de la República, Gustavo Petro. Dicho triunfo les generó regocijo y alegría a unos, pero llenó excesivamente de incertidumbres a otros, exactamente un poco menos de la mitad de la masa electoral de Colombia y a los inversionistas. 

Las expectativas con el Presidente estaban muy elevadas y tenían a Colombia con la lupa internacional encima para saber qué decisiones se tomarían en materia económica. El primer mandatario y su gabinete no se hicieron esperar. Justo al día siguiente de la posesión, el Ministerio de Hacienda en cabeza de José Antonio Ocampo, emitió el primer borrador de la reforma tributaria planteada por el Gobierno entrante que, según ellos, iba directo a la clase alta colombiana con el fin de favorecer a las clases más bajas. Sin embargo, según el Observatorio Fiscal de la Javeriana, esta reforma ataca de manera más agresiva a los hogares que tienen ingresos menores a 165.000 COP mensuales. 

Esta reforma carga la gran parte de su peso sobre el Sector Minero Energético, el más importante para la economía de nuestro país espantando la confianza inversionista y generando pánico económico en el empresariado. El petróleo tendrá una sobretasa del 5%,10% o 15%, mientras que el carbón la tendrá del 5% o 10%.

Lo más curioso de toda esta situación es que el actual Gobierno vociferaba de manera constante que el Gobierno saliente había dejado al país en la quiebra o como decían popularmente, dejó la “olla raspada” y por eso se tendría que recaudar más dinero.

¿Entonces es más importante una reforma tributaria que el Plan de Desarrollo Nacional?, aparentemente para este Gobierno sí. 

Colombia en estos momentos cuenta con una inflación del 13,12%, la más alta en los últimos 21 años y esta reforma no es para nada consecuente con la situación actual, lo que trae es un aumento palpable del costo de vida para todos los colombianos. Ante todo, solo hay espacio para una duda, ¿estamos viviendo sabroso?



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