Si los pronósticos se cumplen, la marea roja arrasará mañana en las elecciones de mitaca tomándose el congreso de los Estados Unidos y alterando dramáticamente el balance de poder. En los escenarios más optimistas –soy republicano-, los republicanos se tomarán ambas cámaras, y en los más pesimistas, se tomarán solo la cámara baja. Aun en el escenario más pesimista, la victoria republicana pondrá contra las cuerdas a Biden, quien ya no la tendrá nada fácil.
Aunque tradicionalmente, el partido de oposición toma control de una o ambas cámaras, lo que se espera mañana es atípico por el esperado tamaño de la victoria, que será un referendo a las desastrosas políticas de Biden. El resultado también podría ser interpretado como una victoria de Trump, quien ungió de king maker e impusó muchos candidatos en casi todos los estados. Es decir, el apabullante resultado indicaría que Trump es quien manda en el partido republicano.
¿Qué pasó? Simplemente, la mayoría de los estadounidenses sienten que su nivel de vida ha empeorado con Biden. Y es cierto. Las políticas económicas de Biden han sido ruinosas para los americanos por las mismas razones que las han sido en todas las partes del globo donde se han intentado. Y es que hasta en su forma más benigna, el progresismo es ruinoso. Las políticas de Biden han significado un 30% de deterioro en los ingresos de los hogares. Obviamente, los más afectados han sido las consideradas bases naturales de los demócratas: latinos y la comunidad afro. No en vano, muchos latinos y afros abandonaron al partido demócrata y votarán, o ya votaron, republicano.
La rabia de la gente es porque Biden heredó una economía excepcional, que una vez superada la pandemia debería mostrar toda su fortaleza. En términos económicos, se esperaba una V, y esto no sucedió por culpa de las políticas de Biden empujadas por los ambientalistas. Bajo Trump, los Estados Unidos alcanzó la independencia energética y se convirtió en exportados de combustibles, bajo Biden esto se perdió, dejando a los Estados Unidos y aliados vulnerables. Las consecuencias geopolíticas de haber perdido la autosuficiencia resuenan en todo el mundo. Desde la situación en Europa, pasando por Medio Oriente y China, y llegando hasta Venezuela.
Adicionalmente, Biden inyectó exceso de liquidez en la economía vía asistencialismo, el cual intentó justificar como paliativo de la pandemia y que desencadenó la inflación más alta en medio siglo. En síntesis, por cuenta de los precios de combustibles y la inflación, todo es mucho más caro.
Los desastres se extendieron a la política migratoria, que es un tema sensible para el electorado. Biden derogó lo hecho por Trump y como consecuencia de ello hoy hay una crisis migratoria inmanejable en la frontera sur. El fastidio y frustración se sienten por todos lados con este tema. El esposo de Pelosi, líder de la cámara baja, casi muere a manos de un ilegal canadiense.
Sabiendo que no podía vender sus logros en temas sensibles para los electores, Biden trató de politizar el cambio jurisprudencial con respecto al aborto sin mucho éxito. La verdad es que aunque en abstracto muchos defienden el derecho a asesinar al no nacido, poquísimas mujeres están realmente dispuestas a abortar. Pero las consecuencias de las políticas desastrosas de Biden las sentimos todos porque todos compramos alimentos, tenemos costos de transporte y arriendos, entre otros.
El nuevo mapa político tendrá impacto enorme internacionalmente. Colombia no es la excepción. Si bien Petro pudo haber contado con alguna simpatía por parte de algunos miembros del gobierno Biden, quienes han sido laxos con él, la fiesta llega a su final. No porque desaparezcan las simpatías sino porque no podrán traducirse en hechos o ayudas o vista gorda. Petro tendrá o que alinearse o divorciarse. Ya veremos qué camino toma.