No se debe creer en conspiraciones regionales, pero que las hay, las hay…

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Escrito por:

Veruzka Aarón Torregrosa

Veruzka Aarón Torregrosa

Columna: Opinión

e-mail: veruzkaaaron.t@gmail.com

Twitter: @veruzkaaaron


Adolfo Meisel, uno de los economistas más reconocidos del país, en su estudio ¿Por qué perdió la Costa Caribe el siglo XX?, mostró la incidencia que durante dicho periodo, tuvo el factor político en el rezago de esta región frente al nivel nacional.


Meisel, planteó cómo la representación política de las regiones centrales en el nivel ministerial,  privilegió la inversión pública hacia sectores productivos de estas zonas del país a expensas de los de la Costa. Esto, es evidente en el desarrollo de la infraestructura pública, en la cual, la hegemonía central se ha impuesto, al punto que proyectos de cuestionado costo-beneficio para el país, han sido financiados con el Presupuesto Nacional, mientras otros de gran impacto para la Costa, han sido engavetados por los siglos de los siglos. Como en el caso de las brujas, no se debe creer en conspiraciones regionales, pero que las hay, las hay…

Proyectos que habrían solucionado problemas de la Costa, se enredaron gracias al manejo de las fuerzas del Centro. Es el caso de Urrá, proyecto hidroeléctrico engavetado, sin considerar beneficios como el control de inundaciones y las llamadas necesidades meritorias de la región. Otro caso; la pérdida del Parque Tayrona, recurso natural estratégico apropiado por el “interés nacional”, sin ninguna compensación para la ciudad. Santa Marta, perdió para su aprovechamiento turístico, 14 kilómetros de playa con potencial de generación de 30 mil empleos entre directos e indirectos, sin que, hasta hoy, nadie haya reaccionado.

El debate hoy, es por las altas tarifas de energía eléctrica que pagan los usuarios del Caribe –las más altas del país-. No obstante, que el debate ha logrado la atención nacional, algunos pretenden reducirlo a una inconformidad de los hogares, en perjuicio de que se analice con rigor el impacto en los sectores económicos, y por tanto, en la competitividad y desarrollo territorial local y regional. 

A las altas tarifas, se suma la baja calidad del servicio. El Informe Nacional de Competitividad 2021-2022, señala: “Respecto a la calidad, en seis de las ciudades más importantes de la región Caribe (Barranquilla, Cartagena, Montería, Riohacha, Santa Marta y Sincelejo) las interrupciones del servicio de energía ascendieron a más de 53 horas en promedio por usuario en 2019, y se presentaron más de 51 interrupciones en promedio. En contraste, se destacan ciudades como Tunja con menos de 1,2 horas de interrupciones del servicio, y Medellín con menos de 8,6 interrupciones en promedio por usuario en igual periodo (Superservicios, 2020)”.  

En Santa Marta, el turismo es uno de los sectores más afectados por el alza de tarifas. Según Cotelco, “El alza de la energía y la inflación ha generado que se aumenten por lo menos en un 40 por ciento, los costos y gastos de la operación hotelera y turística”. En ciudades-destino como Santa Marta, el turismo comprende una cadena de valor que involucra un amplio tejido social y económico; desde la tienda de barrio hasta establecimientos comerciales y complejos hoteleros. El Foro Económico Mundial, ha señalado: “la energía es la sangre de la economía y es un insumo crítico para casi todos los bienes y servicios. Los precios asequibles y estables de la energía impulsan el crecimiento económico”. Es evidente que, la deficiencia energética lastra las oportunidades de competitividad de la economía samaria.

La llegada de nuevos operadores del servicio de energía eléctrica, suponía la solución de los problemas que en relación con la prestación de este servicio, sufren Santa Marta, y el Caribe en general. Sin embargo, la cura resultó peor que la enfermedad; se paga más por una deficiente calidad.

El Caribe, es una región estratégica para el turismo colombiano, en especial, luego que este sector ha sido definido como uno de los ejes principales en la propuesta económica del Gobierno Nacional. Dado el impacto que la crisis del servicio de energía eléctrica tiene en la región, la Costa, espera por parte del Presidente Petro, una respuesta oportuna y efectiva, que permita asegurar el acceso universal con calidad para todos, y asimismo, contribuya a cerrar la brecha histórica que esta precaria infraestructura, ha generado entre regiones. 

Algunos no han entendido que somos un solo país; si pierde el Caribe, pierde Colombia.



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