La tragedia de ser soñados por un mal gobernante

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Cuando todas las variables en un experimento son cambiadas al mismo tiempo generalmente se crea caos, y por esto se cambian una o pocas variables para controlar el resultado y entender el impacto de cada variable; es decir, cuales realmente afectan el resultado y cuáles no.
Una sociedad es un experimento social leviatánico de alta complejidad que no escapa a la formulación anterior. De hecho, la alta complejidad recomienda que los cambios en las variables sean cautos e incrementales. Una ruptura total con el pasado, es decir cambiar casi todas las variables institucionales, es lo que llamamos revoluciones y por eso estas siempre involucran caos y desorden.

Es típico de los líderes revolucionarios creer que pueden cambiar las sociedades con la fuerza del deseo. Quedan para la historia las grandes transformaciones que Fidel le prometió a los cubanos, de los cuales no implementó una sola. Una de las grandes reformas agrarias tuvo lugar en Haiti cuando los esclavos asesinaron a todos los dueños de la tierra y se apoderaron de ella. Haiti pasó de ser una de las colonias más ricas a lo que es hoy.

Pensaría uno que la historia y el sentido común deberían enseñarnos algo para no cometer los mismos errores. Petro, aunque fue elegido por una ínfima minoría, actúa con la grandilocuencia y megalomanía propias de un Fidel recién victorioso, de un revolucionario. Petro cree estar liderando una revolución y quiere cambiar todas las variables institucionales, y todo lo demás. Una invitación abierta al caos y al fracaso.

Nos hemos denominado a nosotros mismos Homo Sapiens, y esta segunda palabreja no es accidental. El conocimiento ha sido el gran diferenciador que nos ha permitido convertirnos en la especie dominante. El conocimiento nos ha permitido entender la naturaleza y en algunos casos manipularla a conveniencia. Desde la prehistoria hasta la fecha lo que realmente importa en una sociedad es el conocimiento.

¿Por qué los esclavos en Haiti no pudieron lograr lo que lograron sus amos? Porque la tierra sin conocimiento no es nada. Las reformas, incluida las agrarias, fracasan porque se enfocan en lo equivocado. Los cambios estructurales reales y sostenibles se logran cuando se trabaja y se transforma la variable humana. La pobreza no se resuelve dividiendo la tierra. Todavía tengo fresco en mi memoria la debacle para los productores de mango en el Magdalena, cuya cosecha se pudría al lado de la carretera. Muchas variables deben converger para que un agricultor tenga éxito.

La desigualdad en Colombia es desigualdad en conocimiento, y transformar esta realidad toma generaciones. Transferir conocimiento idóneo a una familia que por generaciones ha vivido del sudor diario no es fácil, y romper este ciclo probablemente tomará por lo menos dos generaciones. En palabras sencillas, que el hijo de una empleada doméstica llegue a ser médico no es una tarea fácil y es una intervención de largo aliento que supera la duración de un mandato presidencial en Colombia. La Colombia que eligió a Petro vive mayormente del sudor diario y no puede ser transformada de la noche a la mañana sin importar que tanto invierta el gobierno o que tantas reformas haga. Lo único que puede hacer Petro es proveer asistencialismo a una escala que el país no puede pagar sin quebrarse. La gran reforma tributaria que anuncia Petro se gastará en asistencialismo inocuo e insostenible, sacrificando a empresarios y empleados y en últimas dejando al país peor de lo que lo encontró.

De hecho me parece una reforma tributaria demasiado ambiciosa para las transformaciones estructurales que son posibles y pueden ser absorbidas por el país en cuatro años. El conocimiento idóneo, y la pobreza son inversamente proporcionales. A más conocimiento menos sudor.

Bienvenidos al gobierno del caos, al gobierno del desperdicio y de las frustraciones. Y al gobierno que nos dejará un país empobrecido y adicto al asistencialismo.


Más Noticias de esta sección