El Viejo loco reloco

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



 Mi primera reacción fue de enojo y frustración e incluso llegué a decirle a mi esposa que no votaría en segunda vuelta por un viejo cacreco y que me abstendría de votar. Ya calmado y con cabeza fría hice un repaso de mis últimas votaciones.

Soy de los que votan en los que considero son puntos de inflexión, lo cual se traduce en que en los últimos veinte años solo he votado dos veces. Por Uribe la primera vez y por Duque. Sin duda, mi voto por Uribe ha sido el más importante de mi vida. Voté por él por convicción y no me equivoqué. Uribe le devolvió la viabilidad a Colombia y creo que este será el juicio final de la historia sobre Uribe.

La segunda vez, aunque voté por Duque, realmente voté contra Petro como un acto de responsabilidad ciudadana y reconociendo el gran peligro que representa Petro para Colombia. Por Duque voté obligado por las circunstancias y nunca por convicción. De hecho siempre me pareció un tipo simplón y con ideas livianitas. Lejos de ser un estadista o nada parecido.

Ahora nuevamente Petro me obliga, como a muchos colombianos, a votar por el ingeniero Hernández. En una columna anterior advertía que tanto Petro como Hernández me parecían peligrosos para el país y mi pensamiento no ha cambiado. Ahora creo que Hernández es menos peligroso que Petro. Llegué a esta última conclusión analizando lo sucedido y la trayectoria del ingeniero. Ojo, no votaré con tranquilidad sino para evitar la debacle Petro.

Es equivocado decir que Hernández es el Trump colombiano. Trump tenía partido y plataforma ideológica y programática. Dos similitudes a resaltar: comunicadores excepcionales y grandes fortunas ganadas en la construcción. Una de mis grandes preocupaciones con Hernández es que no tiene claridad conceptual y su programa es un potpurrí loco reloco que me recuerda el sancocho ideológico de Hugo Chávez. Esto me intranquiliza mucho porque da la sensación de que Hernández podría resultar ser una vaca loca. Como factor tranquilizador, no parece que quiera cambiar ni el sistema económico ni político y no se quedaría más allá de su periodo.

A pesar de las dudas, debe ser un hombre muy inteligente. Hizo su fortuna a pulso y esto requiere inteligencia financiera, conocimiento de los negocios y mucha disciplina. Tranquiliza que al igual que Betancourt hizo la lectura correcta de la actual coyuntura social y política, pero a diferencia de Ingrid supo conectarse con los electores. Fajardo también esgrimía el discurso anticorrupción pero no fue coherente. Fajardo no entendió que el sentimiento anticorrupción de la gente era en realidad anti político, y el único de todos que tenía y tiene ese perfil era Hernández, quien realmente es un outsider, anti político y antisistema. Tampoco puede desconocerse que el poder económico de Hernández ha sido el factor determinante que le ha permitido ser coherente. Un lujo que no pudo darse ninguno de los otros candidatos, quienes para viabilizarse dependían de alianzas, apoyos y donaciones con grupos de poder. Uno puede irse lanza en ristre contra el sistema y contra los políticos cuando no necesita de ellos y cuando tiene los medios para llegarle directamente a la gente pasando por encima de los medios y demás que son también parte del sistema. Por su edad y su fortuna Hernández está más allá del bien y del mal.

El otro aspecto que me tranquiliza de Hernández es que detrás de su éxito está su esposa. Un hombre que escucha a su esposa es garantía de que escuchará también a las personas correctas. Esto es un factor determinante para gobernar bien.

Conclusión: votaré contra Petro dándole el margen de la duda a Hernández. ¡Dios proteja a Colombia!