Concluyó el primer “round” democrático del año, el cual deja conclusiones y aprendizajes. En primer lugar, el sistema electoral y democrático funciona adecuadamente.
Igualmente, como resultado de esta dinámica, existen departamentos sub-representados, con graves perjuicios para sus agendas, y otros con mayor representación y, por ello, con mayor capacidad de gestión con el Gobierno. Esto no es adecuado. Debería cambiar para nivelar el campo de juego y tener adecuadas representaciones regionales. En tercer lugar, las elecciones parlamentarias continúan siento de maquinarias. Hoy en día se encuentran atomizadas, pero la dinámica y el umbral implican la necesidad de aglutinar, bajo el paraguas de los partidos, a grandes electores, quienes se aprovechan de las listas con voto preferente. En cuarto lugar, los ganadores de la contienda fueron el Pacto Histórico, la Alianza Verde y el Partido Liberal. La izquierda moderada y radical ganaron terreno. Cuentan con aproximadamente un 48% de las curules en el Senado y un 49% en la Cámara, sin contar con los resultados de las circunscripciones especiales de paz.
Los perdedores son la U, el CD y CR que redujeron su participación. Esta composición parlamentaria podría ser débil e inadecuada para hacerle un contrapeso fuerte a un ejecutivo con la chequera, los puestos e iniciativas de cambio abruptas y novedosas. Esperemos que los parlamentarios defensores la libertad, la iniciativa privada, los derechos adquiridos y la empresa como fuente generadora de empleo y equidad sean la mayoría. En quinto lugar, el umbral obliga a la aglutinación y castiga a aquellos que no lo entendieron o, con actitud soberbia, confiaron en poder alcanzarlo.
El Nuevo Liberalismo y Fuerza Ciudadana son los damnificados. Respecto a las consultas interpartidistas, la debacle de la Coalición Centro Esperanza da lástima. Las peleas entre ellos y la unión con cálculo electoral y no ideológico o programático, le pasaron factura. Federico Gutiérrez fue el ganador de la consulta del Equipo por Colombia, en parte por la poca llegada nacional y el carácter regional de los otros candidatos y, por otra, al no estar Zuluaga en la consulta, las bases y la mayoría de los dirigentes Uribistas le dieron su apoyo. Petro, sin lugar a duda, es el gran ganador y, con el caudal electoral de su consulta, estará en la segunda vuelta. La realidad política, como siempre, se impone.
A Zuluaga no le quedó más que renunciar ante su ausencia en las consultas y la división y el lánguido apoyo de su partido. Petro pica en punta, Gutiérrez tiene más claro el camino, Hernández sigue siendo una incógnita y los otros parece que no existen. Nuevamente, la política convexa, es decir, donde el centro se escurre hacia uno y otro lado, o de bloques de izquierda y de derecha, está sobre la mesa.