El peligrosísimo juego de cerrarse las puertas

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Hay que acelerar la decantación en la carrera presidencial porque hay demasiados candidatos sin opción alguna que hacen bulto, estorban y distraen a la opinión pública. Consciente de esta realidad, Echeverry abandonó sus aspiraciones y dio ejemplo de madurez y responsabilidad con Colombia. Ojalá otros sigan ya el ejemplo de Echeverry.

La decantación es necesaria porque el peligro acecha. Hay dos candidatos que representan, en mi opinión, un serio peligro para Colombia.

Los candidatos a los que me refiero son los dos que según las encuestas lideran hoy la intención de voto: Petro y Hernández. Sobre Petro no hay nada más que agregar. Sin embargo, pienso que se está subestimando el peligro que representa Hernández, quien de llegar a la presidencia gobernaría a los coscorrones, a las cachetadas y tratando de imponerse por la fuerza y la violencia. Hay evidencia de que Hernández no tiene control de sí mismo. La primera condición que debe tener un líder es control de sí mismo y de sus emociones.

La favorabilidad actual de Hernández refleja que hay un sector de la sociedad que confunde gritos y agresión con carácter, y que además cree que los problemas en Colombia se solucionan con violencia y fuerza. Por esto sitúo a Hernández en la extrema derecha.

El carácter nada tiene que ver con gritos y agresiones y todo que ver con principios y convicciones. Al respecto traigo a colación una anécdota sobre el inmolado ex ministro de justicia Enrique Low Murtra, al que un congresista en medio de un candente debate quiso ridiculizar llamando la atención sobre el hecho de que al ministro le temblaba la voz, a lo que Low Murtra contestó: a mí me tiembla la voz pero no me tiemblan los principios.

Por el peligro real que representan los dos personajes mencionados, es difícil entender las afirmaciones y la actitud de Alex Char, quien dijo no querer alianzas con Oscar Iván Zuluaga porque no quiere gente que polarice más. En el Equipo por Colombia ninguno da para llegar a ser presidente, incluido Char. Otros en el combo Char compartieron la absurda oposición del barranquillero.

Como era de esperarse, Zuluaga y su colectividad política le respondieron en especie al Equipo por Colombia y dijeron que van solos. Hago un llamado a la sensatez y a reconsiderar las posiciones adoptadas, ya que cerrarse las puertas mutuamente es abrírselas de par en par a Petro y Hernandez.

Los números de Zuluaga y del Centro Democrático son impresionantes: En las elecciones presidenciales del 2014 Zuluaga obtuvo 3.759.971 y 6.904.997 en primera y segunda vuelta respectivamente. En el 2016 el No ganó con 6.431.372 contra todas las predicciones. Por si fuera poco, actualmente el Centro Democrático tiene 19 senadores y 32 representantes, lo que lo convierte en una fuerza política formidable que tiene capacidad de movilizar votantes. En plata blanca, si el mayor elector de los últimos tiempos ha sido el Centro Democrático, entonces es matemáticamente imposible para las opciones con tintes de derecha ganar la presidencia sin él.

Por otro lado, Zuluaga no es una figura que polarice porque su talante es conciliador y su discurso también lo es. Cuando perdió con Odebrecht en segunda vuelta, su discurso aceptando la derrota mostró esta faceta de su personalidad.
No hay nada que haga pensar que de ser elegido Zuluaga presidente, sería una marioneta de Uribe. Primero, porque es un hombre de carácter, y segundo porque Uribe no lo intentaría.

El sentido común y los números sugieren que cerrarle la puerta a Zuluaga es un error de principiante que puede salirle muy caro al país. Por el bien de Colombia, es hora de abrirse las puertas y unirse antes de que sea tarde.