La piedra angular

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



En la columna pasada, dijimos que íbamos a tratar los casos en que la normatividad colombiana, por vía jurisprudencial, permite el aborto: violación, defecto del feto, y peligro de muerte de la madre.

Estas reflexiones no dependen de la aprobación o no de un proyecto de ley; en realidad van dirigidas al juez de última instancia de los actos humanos que es la conciencia humana, y están principalmente dirigidas a la de las mujeres que están pensando en abortar por ser su embarazo una de las tres excepciones.

Comencemos con el caso en que se produce un embarazo como consecuencia de una violación. En teoría, el racional que justificaría terminar con el embarazo es que fue una relación no consentida y producto de un delito.

Si nuestro derecho consagra la proporcionalidad entre la pena y el daño, ¿cómo justifica uno que si al autor del crimen solo se le puede aplicar pena privativa de la libertad, al feto inocente se le aplica pena de muerte?

No consagra también nuestro derecho, que en materia penal las responsabilidades son individuales e intransferibles, entonces, ¿cómo es que aquí si transferimos la culpa al feto? Y si un hijo es mitad de la madre y mitad del padre, ¿por qué decimos que el feto es en su totalidad culpable por culpa del padre, y no totalmente inocente por gracia de la mitad de la madre?

¿No es acaso cierto que se deba tutelar preferencialmente el derecho más fundamental, que en este caso es el del derecho a la vida del feto, y no el trauma o rechazo de la mujer violada?

En los casos de fetos con defectos, uno se imagina que el racional es productividad y la carga social que podrían representar. Valga mencionar que por este camino casi pierde la vida antes de nacer Andrea Bocelli.

Además, si el racional es productividad y somos consecuentes, entonces ¿por qué no lo aplicamos a todos los que son improductivos, llámense ancianos, discapacitados, desempleados, vagos e indigentes? Conozco personas con síndrome de Down mucho más productivas que muchas personas "normales".

La ultima excepción consagra que es licito asesinar al bebe cuando el embarazo pone en peligro la vida de la madre. Aquí la única valoración posible, es que la vida de la madre es más valiosa que la del bebe.

Me pregunto si diríamos lo mismo, si la madre estuviera en coma, o si la madre fuera una indigente y supiéramos con certeza que el hijo que lleva en su vientre es el científico que podría acabar con el hambre mundial.

¿Quién puede realmente decidir que una vida vale más que otra? Nadie. Lo correcto sería permitir que sea la naturaleza siga su curso, siempre tratando de salvar ambas vidas.

Justo es decir que hasta el momento dejo planteados más interrogantes que respuestas, pero estos interrogantes son de suma importancia ya que dejan en evidencia la incapacidad absoluta de los hombres para juzgar estos asuntos.

La justicia de los humanos, solo lo es en apariencia. Por algo la diosa Temis es representada con una venda en los ojos y una balanza.

La venda significa que debe ser imparcial, es decir sin prejuicio alguno, y yo añadiría producto de un corazón y una mente puros. Y la balanza que significa darle a cada cual según lo que merece, lo cual no es nada fácil.

Para que un hombre pudiera darle a cada cual lo que merece, tendría que ser capaz de valorar variables infinitas del pasado, del presente y del futuro. ¿Cómo puede un hombre saber que ese ser que hoy queremos abortar va a ser el abuelo del hombre que va a cambiar la historia de la humanidad?

La justicia verdadera, ajena a los hombres, tiene la característica de ser intemporal. Lo que se decide como justo, lo es hoy, lo será mañana y en mil años. Estoy seguro de que la posición de proteger la vida de manera absoluta, sin excepciones, es este tipo de justicia intemporal; no puedo afirmar lo mismo de las tres excepciones. ¿Por qué dejarle la decisión de algo tan fundamental, como la vida, a personas que están contaminadas de una agenda ideológica?

La semana antepasada, los diarios de circulación nacional publicaban editoriales y columnas en contra de la ley de penalización del aborto en el caso de las excepciones, pero al mismo tiempo exaltaban póstumamente al genio creativo de los computadores Steve Jobs, quien tuvo un impacto profundo y transformador en el mundo.

Seguramente no sabían que Steve Jobs fue un embarazo no deseado pero que su madre biológica le dio la oportunidad de vivir y lo dio en adopción; y Steve, cambió el mundo. Steve perfectamente pudo haber sido una de esas excepciones, y una de esas excepciones que hoy aceptamos, podría ser el próximo Steve.

El respeto absoluto de la vida, sin excepciones, se sustenta en el derecho natural y en los principios orientadores de nuestro derecho positivo, y por tanto no necesita sustentación religiosa para tener validez plena, como quieren hacernos creer los apóstoles de la muerte.

Esta es una causa que no puede ser abandonada, y que debe continuar hasta que se entienda que las tres excepciones se basan en una justicia aparente, pero que en realidad son una sentencia de muerte injusta e infame. ¡Seguimos en pie de lucha!