El juego de la Cepeda

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



El nombre es lo de menos, el hecho es que el senador Cepeda ha dedicado su carrera política a menoscabar al estado. El último intento es el control político que pretende hacerle al Ministro de Defensa porque cuatro menores estaban entre las víctimas del bombardeo ocurrido el 16 de septiembre en el Chocó.

Me tocó leer varias fuentes para saber qué fue lo que comunicó a la opinión pública Cepeda porque la mayoría de los medios colombianos han caído en la detestable práctica de descontextualizar para construir narrativas afines a su línea editorial. De todo lo dicho por Cepeda, hay algo en lo que tiene razón: la falta de estado permite que se dé reclutamiento de menores.

El Ministro de Defensa le respondió correctamente citando la normativa vigente: es contra el derecho internacional humanitario reclutar menores. Aquí el único culpable es el ELN. El hecho de que los guerrilleros dados de baja hayan sido menores no cambia el sentido de la ley. El riesgo lo creó el ELN y por lo tanto es el único culpable.

Dice Cepeda que nuestras fuerzas militares utilizan los medios más destructivos para combatir, y que esto no está bien cuando hay menores. Puede sonar cruel, pero guerrillero es guerrillero y tanto el menor como el adulto guerrillero es capaz de hacer el mismo daño.

Por otro lado, cuando se ubican objetivos militares de alto valor, que son muy escurridizos, la acción militar debe ser contundente; el tipo de acción requerida lo deciden los mandos militares conforme a las circunstancias y no un senador simpatizante de las guerrillas en Bogotá ni sus aliados. Cada oportunidad de dar de baja a un objetivo militar de alto valor debe ser aprovechada porque no hacerlo es crear oportunidades para que el delincuente siga asesinando, secuestrando, extorsionando y haciendo todo lo que sabe hacer. Cada día que ese delincuente sigue vivo tiene un costo grande para la sociedad. Bajo estas consideraciones, la baja de cuatro menores guerrilleros es un costo razonable, y además ajustado a la normativa internacional. Aquí no hubo ninguna violación del derecho internacional humanitario como lo afirma Cepeda.

Lo cómico del show de Cepeda es que el enfoque de su debate es cuestionar al Ministro de Defensa por haber cumplido con la ley. No citó a un debate para trabajar en lo único razonable que ha dicho sobre el tema: ¿cómo llevamos el estado a las zonas olvidadas? ¿Por qué Cepeda no lo hizo? ¿Por ignorante? Ignorancia es pensar que Cepeda es ignorante. No lo hizo porque su meta, y la de los que piensan como él, es llegar al poder y no mejorar la vida de las comunidades. A Cepeda y compañía les sirve que el estado no llegue a todo el territorio nacional porque el día que así sea, se quedan sin discurso y sin posibilidades de llegar al poder. La izquierda anhela un estado fracasado y una sociedad fracturada.

A la izquierda le sirve y le gusta un estado débil y les gusta que haya corrupción y les gusta que agentes del estado cometan violaciones de los derechos humanos. Su papel se limita a utilizar todo lo anterior para su propaganda, de la cual el debate mencionado es parte, y para decir que la solución a la inutilidad del estado es el socialismo. La izquierda no tiene el menor interés en ayudarnos en el transitar hacia una democracia madura.

Sabe bien Cepeda, que el debate es pérdida de tiempo. Pero también sabe que la propaganda resuena en un sector de la población. El objetivo real es agitar el descontento y el resentimiento, y lograr que las clases menos favorecidas se le volteen al establecimiento –estado y empresarios- y que eventualmente lleven a la izquierda al poder.


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