Acosados y asustados ante la inseguridad

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge Giraldo Acevedo

Jorge Giraldo Acevedo

Columna: Opinión

e-mail: jgiraldoacevedo@yahoo.es



La verdad es que son continuos los lamentos ante la grave situación de inseguridad ciudadana que se está presentando en todo el país y con registros alarmantes en las principales ciudades de Colombia y en Cúcuta, la ciudad fronteriza más cercana con Venezuela.
Los ciudadanos en general están acosados y hasta asustados ante tanta inseguridad; como será de grave la situación que el columnista y excandidato presidencial, Germán Vargas Lleras, muy bien resumió el problema en forma categórica al afirmar, “todo se salió de madre”...

Efectivamente la situación de inseguridad se percibe en forma más grave en Bogotá debido a su numerosa población, la cantidad de sectores habitacionales y su crecimiento industrial y comercial.

No sobra insistir que para disminuir la inseguridad hace falta, primero que todo, que los encargados de la justicia castiguen a los delincuentes en forma eficiente y severa; por parte de la ciudadanía que denuncie a los delincuentes y no está por demás que la policía destine a muchos de sus integrantes a cumplir sus labores sin portar el uniforme, es decir, como si fueran civiles.

En el caso de muchas familias que residen en Bogotá el lamento por la inseguridad es constante y la verdad son muchas las personas que hemos tenido que trasladarnos a otras regiones en busca de tranquilidad; la capital de Colombia dejó de ser acogedora y para todos debido a que ahora es caótica en materia de seguridad ciudadana. Tal como lo afirmó recientemente en una columna de opinión Germán Vargas Lleras, en Bogotá, “da pánico salir de la casa, y aun quedarse en esta”.

En verdad esta situación de inseguridad en las ciudades se ha incrementado notablemente por el incremento de la acción por parte de bandas de delincuentes colombianos ahora apoyados por sujetos venezolanos que las autoridades nacionales insisten en señalar como extranjeros.

Así resulta que el ciudadano corriente tiene que cuidarse al extremo ante la acción de la delincuencia.