No queremos más municipios, departamentos, regiones y país agobiados por el insano hacer clientelista, sino unos territorios llenos de oportunidades para todos, con una clase media y trabajadora fortalecidas y robustecidas al máximo, que crezcan económicamente, estabilizadas, que no dependan de solo algunos sectores, sino que tengan que ver con muchos de ellos.
Unas unidades territoriales vigorosas, pujantes, con un crecimiento inclusivo, y ojalá nunca con una desigualdad social en términos absolutos. Requerimos con urgencia de ese crecimiento inclusivo que lleve a las personas a ser centro y convertirse en el eje de un nuevo modelo económico que potencie en integrales beneficios a empresas de todos los sectores económicos, particularmente a las mypimes en todos los municipios del país, para que ayuden a jalonar progreso, desarrollo, crecimiento, lo mismo que obliguen abrir nuevos mercados para productos de exportación con alto valor agregado. Crearles, además de consolidar a las pequeñas y medianas empresas una muy bien estudiada estrategia para formalizar tales iniciativas, garantizándoles de paso asistencia técnica y créditos favorables al máximo.
De la misma manera, importa la generación de empleo productivo, digno, duradero y bien remunerado, que se traduzca en una fuerza laboral que supere de lejos la informalidad y que la misma se adecúe en beneficio del mercado con una real y verdadera formación técnica y tecnológica en contexto de innovación. Igualmente, aumentarse debe el gasto público para generar una política que garantice la libre competencia en el país, mejore el sistema de patentes y consolide alianzas sólidas Estado, sector privado y academia. Así mismo, establecer estadios de coordinación y correspondencia que bien y mejor apuren estas iniciativas, en lo que requerimos impuestos eficientes y equitativos que aseguren que los de mayores ganancias paguen lo justo y que a todos y cada uno de los pobladores del país llegue la fuerza del Estado y el bienestar integral que lo cual debe y tiene que proveer.
De otra parte, importante y urgente para el sector agropecuario, entrar de lleno a ofrecerle las herramientas para que creen con suficiencia las necesarias condiciones para que mejore su productividad, lo que acompañado debe ir con la formalización de sus títulos de propiedad y llevando al campo los bienes y servicios públicos, formalizando los títulos de los campesinos, poniendo al día lo catastral en garantía de derechos.