¿Quiénes violan el Derecho Humanitario?

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Las palabras que haya utilizado el ministro de defensa sobre los menores dados de baja en Guaviare son lo de menos.
No es falso que la guerrilla y otros grupos ilegales convierten a los menores reclutados en máquinas de guerra. La letalidad de la bala o de la bomba de un menor es la misma que la de un adulto. Igual asesina la bala o la bomba del menor delincuente de 15 años que la del curtido terrorista de 50. ¿O es que acaso a las víctimas o a los familiares de las victimas les serviría de consuelo saber que el victimario era un menor?

Como bien lo expresó el ministro, si hubo menores dados de baja en el bombardeo, los culpables son quienes los reclutaron. Este es un principio legal universalmente aceptado. Un ejemplo en no situación de guerra, es cuando un policía mata a un ciudadano en un intercambio de disparos con delincuentes que asaltaron un banco. En términos legales, el policía es responsable más no culpable. Analógicamente, el ejército no violó ninguna norma ni hay razón alguna para disculparse con nadie por los menores guerrilleros dados de baja.

No podemos permitir que el asalto mediático de sectores desafectos al gobierno y afectos a la guerrilla castren operativamente a nuestras fuerzas militares para darle respiro a los bandidos. Esto es lo que persiguen, y no dudaran en utilizar cualquier excusa. No les tiembla la mano al señalar a nuestras fuerzas militares de violar el Derecho Internacional Humanitario, cuando aquí los únicos que han violado sistemáticamente ese derecho son los que, por la fuerza, y no tan por la fuerza, reclutan menores. Algo sucedido están tratando de hacer con la fumigación con glifosato. En lo personal, no me gusta la fumigación, pero no veo otra alternativa efectiva.

Que el reclutamiento de menores es resultado de las condiciones socio-económicas de las comunidades en que viven es un tema muy diferente que no debe mezclarse con lo sucedido en el bombardeo. Es cierto que hay muchos jóvenes en partes de nuestro territorio que prácticamente no tienen opción distinta a abrazar la delincuencia. Y no porque no tengan opciones per se, como personas con libre albedrio sino porque han crecido en una cultura de ilegalidad donde ser delincuente es lo más normal y hasta esperado. Si se revisan con cuidado las declaraciones del padre de la joven de 16 años que fue dada de baja, tácitamente admite que su hija se unió a la guerrilla porque creyó no tener una opción diferente.

Ojalá pudiéramos rescatar a todos los menores que forman parte de la guerrilla y de otros grupos delincuenciales y rehabilitarlos y darles oportunidades. Hay que seguir trabajando para lograrlo con la ayuda de otros países y organizaciones internacionales. No es un tema sencillo porque como el país y el mundo constataron, las Farc negaron por mucho tiempo haber reclutado menores. Creo que nunca han dicho la verdad al respecto; otro tanto hacen los otros grupos al margen de la ley porque saben que es delito de lesa humanidad.

Cuando el estado neutraliza peligrosos criminales activos, aunque sean menores, está cumpliendo con su deber. Debe anotarse que los padres de los menores son los primeros responsables de brindarles un mejor futuro a sus hijos y no el estado. Cansado estoy de escuchar justificar la delincuencia por la falta de estado.
Respaldo total e incondicional al gobierno y a nuestras fuerzas armadas. Bienvenidos los bombardeos para dar de baja a los objetivos de alto valor o para desarticular peligrosas bandas. Bienvenida la fumigación con glifosato, y, por último, gracias a nuestras fuerzas armadas por proteger a los colombianos de bien.Como bien lo expresó el ministro, si hubo menores dados de baja en el bombardeo, los culpables son quienes los reclutaron.  Este es un principio legal universalmente aceptado.  Un ejemplo en no situación de guerra, es cuando un policía mata a un ciudadano en un intercambio de disparos con delincuentes que asaltaron un banco.  En términos legales, el policía es responsable más no culpable.  Analógicamente, el ejército no violó ninguna norma ni hay razón alguna para disculparse con nadie por los menores guerrilleros dados de baja. No podemos permitir que el asalto mediático de sectores desafectos al gobierno y afectos a la guerrilla castren operativamente a nuestras fuerzas militares para darle respiro a los bandidos.  Esto es lo que persiguen, y  no dudaran en utilizar cualquier excusa.  No les tiembla la mano al señalar a nuestras fuerzas militares de violar el Derecho Internacional Humanitario, cuando aquí los únicos que han violado sistemáticamente ese derecho son los que, por la fuerza, y no tan por la fuerza, reclutan menores.  Algo sucedido están tratando de hacer con la fumigación con glifosato.  En lo personal, no me gusta la fumigación, pero no veo otra alternativa efectiva.  Que el reclutamiento de menores es resultado de las condiciones socio-económicas de las comunidades en que viven es un tema muy diferente que no debe mezclarse con lo sucedido en el bombardeo.  Es cierto que hay muchos jóvenes en partes de nuestro territorio que prácticamente no tienen opción distinta a abrazar la delincuencia.  Y no porque no tengan opciones per se, como personas con libre albedrio sino porque han crecido en una cultura de ilegalidad donde ser delincuente es lo más normal y hasta esperado.  Si se revisan con cuidado las declaraciones del padre de la joven de 16 años que fue dada de baja, tácitamente admite que su hija se unió a la guerrilla porque creyó no tener una opción diferente.
Cuando el estado neutraliza peligrosos criminales activos, aunque sean menores, está cumpliendo con su deber.  Debe anotarse que los padres de los menores son los primeros responsables de brindarles un mejor futuro a sus hijos y no el estado. Cansado estoy de escuchar justificar la delincuencia por la falta de estado.