Hacia un sólido desarrollo rural

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Saúl Herrera Henríquez

Saúl Herrera Henríquez

Columna: Opinión

e-mail: saulherrera.h@gmail.com



El desarrollo rural, es consenso universal, es un proceso localizado de cambio social y crecimiento económico sostenible, cuyo fin es el progreso permanente de la comunidad y de cada individuo a ella integrado.
En lo local, es el proceso endógeno que se genera en el territorio de forma global e intersectorial, y que exige la participación activa de la propia población en un proceso apoyado en la acción subsidiaria de las administraciones y de otros agentes externos. Mediante este proceso se pretende una mejora de las condiciones de vida y trabajo que lleve consigo la creación de empleo y riqueza, compatibles con la preservación del medio y del uso sostenible de los recursos naturales.

Persigue dar respuesta a tres necesidades básicas para hacer posible un futuro sostenible de la especie humana, como es mejorar la formación y el bienestar de los millones de personas que viven en este medio, erradicando la pobreza extrema y evitando su migración hacia la marginación de las ciudades; lograr una producción agrícola sostenible para asegurar que todos los seres humanos tengan acceso a los alimentos que necesitan; y, proteger y conservar la capacidad de la base de recursos naturales para seguir proporcionando servicios de producción, ambientales y culturales; bien puede decirse, hay consenso universal.

Es tema hoy en boga departamental, regional, nacional e internacionalmente; pues sociedades, agremiaciones, organizaciones sociales, empresarios, productores, académicos, expertos, conocedores de la situación rural de los diversos territorios y gobiernos, preocupados por la seguridad alimentaria, lo han venido impulsando conscientes de la necesidad de luchar con denuedo, dada su innegable importancia, por la transformación del campo, sector abandonado por años inexplicablemente, siendo vital impulsar procesos y programas de desarrollo rural con enfoque territorial y construirlos paso a paso con los actores todos de cada uno de los diversos territorios que conforman nuestra geografía.

Procesos y programas que deben contribuir a dotar las áreas rurales con la infraestructura y capital requerido para consolidar progreso y bienestar; aprovechar desde la sostenibilidad, las alternativas de generación de ingresos que los territorios ofrecen, aportar a la reducción de desigualdades (personas, géneros, etnias, territorios) y robustecer la institucionalidad territorial, en la verdad de pensar y planificar su desarrollo rural con la participación activa de sus actores en las diferentes sub-regiones, en lo que cabe identificar los obstáculos para lograr ese desarrollo y construir propuestas para alcanzarlo.

Es trabajar en la identificación de proyectos, consultar los estudios que se hubieren adelantado, revisar a fondo las estadísticas disponibles, todo lo cual con el objeto de complementar las ideas, propuestas e informaciones existentes, lo mismo que utilizar las fuentes e informaciones más recientes, en dirección a documentar lo investigado con los actores del desarrollo rural y proceder en consecuencia, sobre bases sólidas, que no arropados con el manto de la improvisación, como muchas veces ha sucedido y aún acontece.

Es definir coberturas, construir una visión común, consensuar las prioridades que permitan alcanzar ese desarrollo rural, formular programas y proyectos que tracen la ruta para alcanzar y traducir esa visión en realidad y poner de contera todo lo cual práctica de manera conjunta, en la seguridad que más pronto que después y más temprano que tarde, será realidad y verdad ¿verdadera, ese anhelado desarrollo rural que a gritos clamamos y requerimos.