Cuando volverá la presencialidad académica en las aulas

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



“Mejor que mil días de estudio diligente es un día con un gran maestro (Proverbio japonés)

Con carácter urgente y sin tantas dilaciones por parte de algunos, es imperativo que la educación se inserte de manera inmediata y decidida en la dinámica académica del país y su consecuente regreso a la determinada y cuasi generalidad normalidad que hoy se vive en nuestro país, fundamentalmente cuando todos los días nos damos cuenta que las administraciones, -nacional y regional-, patinan en sus decisiones y promueven la reapertura para algunas actividades, mientras lo impiden para otras, en el festival de lo absurdo..

Es de resaltar que en las últimas semanas algunas instituciones privadas han dado inicio al restablecimiento paulatino de la presencialidad en las aulas, para lo cual han dado cumplimiento al aforo máximo de 35 por ciento y ello ha generado que otras instituciones intenten seguir esos derroteros, haciendo énfasis en que una inmensa mayoría de instituciones públicas han persistido en lo que los maestros, -maestros de qué-, les ha dado por llamar a la desobediencia civil y seguir diciendo, de manera absurda y obcecada, no a la presencialidad, incoherente decisión con la cual marcan y acentúan la desigualdad.

Por ello, es de tener muy presente lo que viene ocurriendo en otras latitudes, lo cual ha desembocado en percibir cierta tranquilidad, habida cuenta que, según estudios clínicos y médicos, con el aval científico, cada vez está más claro que los colegiales sienten menor riesgo de contraer el Covid y con ello sufrir complicaciones graves a causa del contagio, e inclusive cada vez más se confirma que los colegios no son focos de contagio y a que los menores no son vector de transmisión efectivo, además de añadir de que los menores no suelen ser los primeros casos de contagio en un hogar y, por último, está comprobado que los docentes están en igual riesgo de contraer el virus que otros profesionales que si se han venido reintegrando poco a poco a sus labores, mientras ellos desde la frescura de sus hogares reciben su estipendio salarial sin contratiempo alguno.

Como consecuencia de todo ello, hace pocos días la OMS reiteró su llamado para que no se cierren los servicios educativos en los países en donde es más crítico el rebrote, por cuanto los niños y adolescentes no son impulsores principales del contagio y el cierre de las escuelas y colegios no es efectivo.

Como esta situación pandémica ha copado casi todo el año escolar, estas aulas vacías han generado demasiada preocupación, esencialmente por la salud mental de los jóvenes, ya que esta situación ha ocasionado desmotivación y aburrimiento todos los días sin asistir a las aulas e inclusive muchos de ellos han padecido rabia y descontrol emocional, ya que el encierro y esa llamada virtualidad no ha logrado condensar el ímpetu de aprendizaje; también se dan inconvenientes e inconsistencias en la salud nutricional de los jóvenes e insistir en el aprendizaje remoto ha dado origen a una desescolarización masiva y la deserción está a la vuelta de la esquina, con lo cual se requieren políticas públicas sensatas y responsables para restaurar la escolaridad presencial.

Es aquí en donde se requiere la participación de todos los actores de la educación y se exige un liderazgo que aglutine a todos los estamentos involucrados y se disipe cualquier asomo de duda y temores de parte de padres y maestros, asegurando moverse en terrenos sólidos y ello amerita y exige replantear la actual situación para reactivar la presencialidad en las aulas, obviamente bajo el cumplimiento de todos los protocolos de bioseguridad y que los maestros entiendan y aporten lo suyo.