Una ciudad y departamento verdaderos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Saúl Herrera Henríquez

Saúl Herrera Henríquez

Columna: Opinión

e-mail: saulherrera.h@gmail.com



Siempre he pensado que como ciudad y departamento tenemos todo para ser y estar a la vanguardia de cuanto determina desarrollo, crecimiento y progreso, razón por la que me invito permanentemente a la reflexión y meditación profundas, al tiempo de cuestionarme porqué al día de hoy no hemos alcanzado sitiales de preeminencia. De la misma manera me respondo y razones miles aparecen por doquier; y aunque no es del caso detenernos en ellas, importa sí definir qué medidas son las necesarias tomar para al menos paliarlas y empezar a salir de la crisis que arrastramos y en las que nos hallamos inmersos.

Requerimos proyecciones y estrategias acordes con nuestras realidades y necesidades en el orden estructural, que estudiadas, analizadas, consensuadas, sopesadas suficientemente y que, cargadas de buenas intenciones, permitan generar beneficios, en lo que ayuda la actualización de datos, mismos que tendrían que difundirse con frecuencia y sean de fácil consulta en tiempo real. Urgen dirigentes y políticos comprometidos, al igual que unos gobernantes que crean que es con administración, gestión y gerencia como se construye buen gobierno y de contera se consolidada enhorabuena el bienestar general, lo que nos posibilitará destinos mejores en todos los espectros atinentes a un verdadero mejoramiento permanente y continuo.

Importan vasos comunicantes gobierno/sociedad para ayudar sin tropiezo alguno a los más necesitados. Que todos a una desde nuestro hacer, sean cuales fueren las circunstancias, darnos a la tarea y estar en todo momento y lugar a la altura y en disposición de aportar, para que así sea todo mayormente posible con nuestro concurso, en la certeza que se impone soportar prospectiva y estratégicamente la búsqueda y procura de ese mejor y esquivo porvenir.

No es de recibo, ni tiene presentación alguna para ningún gobierno en el rango que sea, seguir cometiendo errores, amedrentar, irse a los extremos, sembrar incertidumbre, gobernar para unos pocos; cuando de lo que se trata, siendo además de importante y urgente, es recuperar, fortalecer y profundizar la democracia participativa activa, unas de las formas mejores de comprometernos a consolidar a nuestro departamento y ciudad, sobre la base de la madurez, la decencia y la grandeza; esto es, impulsar la institucionalidad y proseguir sin odio, rencores, reproches, afán de venganza, ni mezquindades, camino a definirnos de cara a un duradero progreso desde la restauración, la recuperación y el avance que como pueblos nos debemos, toda vez que hora es ya de adentrarnos por los cauces que nos aseguren el éxito deseado.

Civismo, sentido de pertenencia y madurez política deben, además de ser demostradas en proceso de consolidación definitiva, constituirse en principales protagonistas de nuestro despegue triunfal, en lo que nos espera una gigantesca tarea, toda vez que los problemas que sumamos, requieren, en vía de superación, reflexión crítica constructiva y apoyo como instrumentos válidos para salvarnos; ya que sí al menos no lo intentamos, así sea por cuenta propia, jamás saldremos a flote y seguiremos yéndonos por el despeñadero de la ignominia rumbo a la nada edificante disolución.