Sociedad y realidad

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Saúl Herrera Henríquez

Saúl Herrera Henríquez

Columna: Opinión

e-mail: saulherrera.h@gmail.com



Días duros vienen sin duda, donde protagonista debería y tendría que ser la solidaridad, so pena de no avanzar y sucumbir en el intento de avanzar como lo requieren los tiempos que vivimos llenos de dudas sobre lo que nos trae el futuro inmediato, pero que en todo caso necesitaremos de férrea disciplina con la esperanza que así arribaremos a buen puerto.
Todo será difícil, incierto, más no para sentarnos a llorar cual plañideras, sino para luchar y esforzarnos camino a mejores y prontas superaciones; mientras, las medidas de sana distancia deben mantenerse sin cambios, pero controlando las ansiedades y temores que hemos vivido en esta emergencia. Será un regreso lento a una nueva realidad que no podríamos anticipar aún, pero que será sin duda, distinta a la que teníamos antes de esta crisis.

¿Seremos una sociedad pesimista donde no habrá una mejoría social y que nuestra solidaridad y empatía no estará más presente?; o, una sociedad que piensa que es esta una oportunidad para salir fortalecidos, crear nuevas formas de organización y avanzar para poder tener unos entes territoriales más justos y prósperos? Nadie puede nada anticipar lo que nos tocarás vivir, pero sí ser conscientes que cada decisión que tomemos, ya sea seguir igual, transformar o cambiar rutinas serán parte de las nuevas responsabilidades para salir victoriosos de una emergencia que sin duda nos ha afectado gravemente.

Se trata de cambiar para bien, proponernos superar pobreza, inseguridad, corrupción, impunidad, mejorar ingresos, cerrar las brechas de una división social cada día más profunda. Cierto es que surgirá una nueva sociedad en una nueva realidad en la que tendremos que aportar para que así suceda, y sea verdadera como indispensable la solidaridad. Ir tras los aciertos, insistir en acuerdos mínimos que faciliten superarnos, diseñar mejores formas de colaboración y coordinación frente a las nuevas condiciones que surgirán. Trabajar juntos.

Nada de perder la esperanza y mejorar sí como sociedad. Ser optimistas. Todo dependerá de nosotros mismos, de nadie más en la manera en que responderemos a los problemas de la nueva realidad, razón por la que tenderemos que apoyarnos, que quien esté en problemas sepa que puede recibir ayuda inmediata y que entre todos podamos evitar que su situación se deteriore. Toca ser mejor que antes. Es lo que se impone. Nos corresponde como sociedad y sin excusas, estar alertas, prestos y dispuestos en pie de lucha respecto de lo que sobrevendrá, que es incierto aún.

Mostrar nuestra casta, demostrar espíritu de cuerpo, sentido de pertenencia, vocación de servicio, ser solidarios; concebir que somos nosotros quienes en realidad y verdad con nuestro aporte, trabajo denodado, tirando hacia un mismo lado, en una misma barca y en común dirección, objetivos, propósitos, responsabilidades y ciertamente comprometidos, como vamos a salir avante en beneficio colectivo, razón de peso para sin dilaciones, demora, espera, retrasos ni prorrogas, pasemos presurosos a la acción.