Tarea es para nosotros como departamento y distrito que quieren consolidarse, actuar con fuerza positiva, generar riqueza, expandir horizontes, prosperar, ser hábiles en el ofrecimiento de equidad y oportunidades para todos como vía segura y expedita para el bien común; así como afianzar los ideales para enfrentar los peligros con entereza, sin miedos. No renunciar a esos ideales por conveniencia, sino para perseguir un futuro digno con firmes convicciones, en la comprensión que creceremos con fuerza para poder así hacerle frente a las amenazas que surjan y a las que puedan exigirnos mayores esfuerzo, cooperación y entendimiento.
Se impone trabajar sin descanso, velar para debelar los peligros que nos acechan con espíritu fuerte, perdurar en la lucha, pensar siempre en vencer, ser orgullosos de esa fortaleza que es nuestra herencia multiétnica que será soporte para desempeñar el destino mejor que merecemos y aplazado ha estado desde siempre.
Se impone buscar los nuevos caminos que nos lleven al puerto seguro del integral progreso sobre la base del interés mutuo, la construcción que no destrucción, corrupción ni engaño. Entender que tenemos que estar del lado bueno de la historia, comprometernos en colaborar para florecer todos, no darle lugar a la indiferencia ante el sufrimiento, encarnar el espíritu de servicio, voluntad para encontrar sentido en algo grande, en la verdad que tenemos la obligación de aportar los elementos que en individualidad y conjunto ayuden a definir caminos mejores para las generaciones por venir, razón por la que sea precisamente este espíritu el que tiene que instalarse en todos nosotros.
Los desafíos están ahí, obligando recurrir a las herramientas para hacerles frente e ir tras el éxito, como son trabajo duro, verdad, honestidad, valentía, transparencia, juego limpio, tolerancia, lealtad, patriotismo y sentido de pertenencia, que impulsan progreso, lo que exige volver al recto camino, responsabilidad, deberes y obligaciones debidas para con nosotros, nación y humanidad entera, en el conocimiento y convencimiento que nada es más gratificante para el espíritu, ni tan representativo para nuestro carácter que entregarlo todo en la tarea difícil de hacer cierto lo incierto.
Es salir al paso ante el peligro común y tras los intereses mejores para todos, siendo determinante señalar derroteros, ser sabedores de nuestros itinerarios, hacer memoria de quiénes somos, para donde vamos, cuan largo ha sido el camino recorrido y por recorrer en dirección a logros, metas, resultados, objetivos y propósitos. No podemos dejar que avanzando sigan los enemigos de nuestro progreso, y que en adelante podamos decir que vamos, estandarte en mano, por los estándares superiores de desarrollo y crecimiento revestidos de esperanza y virtudes que nos harán sobrevivir en condiciones mejores en beneficio colectivo, ya que no podemos dejarnos vencer por ninguna adversidad si que queremos un pueblo próspero y a la vanguardia, razón por la que debemos conjuntar esfuerzos, voluntades y decisiones, a efecto que quienes vengan puedan decir que cuando nos pusieron a prueba ahí estuvimos afrontando, que nunca retrocedimos y con la vista puesta en lontananza y en gracia eterna lo entregamos todo en provecho de las nuevas generaciones.