Cambiar de hábitos para transformar

Columnas de Opinión
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Importante sobremanera darnos a la tarea todos en cuanto cambiar de hábitos en ruta de transformación tanto para sí como de los demás, en lo que importa y resulta positivo conocer a fondo los aspectos de lo que se tiene y quiere en cuanto a creencias, valores, costumbres, experiencias, valores, criterios de comportamiento y reconocimiento;
que lleven a crecer en lo que se siente y quiere personal y colectivamente, lo que genera impacto, todo se incrementa para bien y la cultura de compromiso surge terminando por imponerse y es cuando todos ganamos. Interesa que los valores sean compartidos para que cumpla su objetivo y se facilite un mayor sentido de coherencia, cohesión y propósito para todos, lo que genera un gran efecto sobre el comportamiento de los ciudadanos, debiéndose tener en cuenta que los entornos con las personas están en constante cambio, lo que hace necesario articularse.

Todo cambio es un proceso mediante el cual se gestiona la transición a una nueva realidad, en la procura de convencernos y persuadirnos de querer y poder lograr trabajar en nuevos contextos que traerán superiores resultados, lo qué si bien no es sencillo, tampoco irrealizable, requiriéndose, como lo señala, palabras más, palabras menos, John Kotter, profesor de liderazgo de Harvard Business: Crear un sentido de urgencia, trabajar en equipo, crear y comunicar una visión clara para el cambio, eliminar los obstáculos que se puedan presentar frente a dicha gestión del cambio que se está realizando, asegurarse de triunfos a corto plazo, construir sobre el cambio, no permanecer satisfechos con los logros realizados a corto plazo e implementar los cambios que fueren, ya que solo así se alcanzarán las transformaciones que se desean.

Es pensar y pensarnos mejor, ir más allá, calcular posibilidades, sortear obstáculos, articularse en la proyección y procura de grandes metas; mientras mantengamos hábitos, costumbres, creencias, forma de ser, ego, personalidad o como queramos llamarles a lo que nos contiene y no nos deja progresar, seguiremos en más de lo mismo, educando en lo mismo y facilitando que en nombre de nuestra pobreza mental los otros prosperen a nuestra costa.

Cambiar de hábitos en empezar a ser ricos integralmente y ser pobres de mente no es bueno, importando no esperar que nos visite la suerte o nos regalen todo. Es despojarnos de las envidias que es toxico para nuestra mente, dejar de criticar por criticar, signo de baja autoestima. No hacernos siempre las víctimas, mártires, quejarnos por quejarnos, hablar solo de fracasos y verlo todo con un futuro desalentador. Es nunca más vivir en el pasado, lo que no permitirá cambiar la situación actual. No posponer los asuntos más allá de lo estrictamente necesario, iniciar cuanto antes los propósitos mejores, mientras más pronto los iniciemos, más aprenderemos de equivocaciones y aciertos. Ser realistas, esforzarnos por alcanzar la abundancia, sin sueños no hay progreso. No pretender siempre buscar aprobación de los demás, ni que lo que podamos hacer otros lo hagan. Somos nosotros quienes debemos esforzarnos para hacer un mundo, un planeta y un País mejor, lo que se supera con cambios de hábitos y riqueza mental.