La hora de la mano firme

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Desayuno del embajador de los Estados Unidos con congresistas, crítica de Trump a Duque, Mingas y bloqueo de vías, protestas en las universidades, marcha en Santa Marta, visita de Petro a Bruselas, entre otros, parecen a primera vista hechos que no tienen relación entre sí.  Mirados con detenimiento, la relación se hace evidente.

Comienzo por decir que no considero que el desayuno con los congresistas sea una intromisión en asuntos internos; máxime cuando lo que supuestamente dijo el embajador era de público conocimiento.  La labor de los diplomáticos es dar a conocer el pensamiento de sus gobiernos sobre temas considerados sensibles.

En otras circunstancias probablemente el gobierno de los Estados Unidos se hubiera mantenido al margen, pero estos no son tiempos corrientes.  Al meter a Venezuela en la ecuación y al meter los efectos nocivos del acuerdo de La Habana, en lo que tiene que ver con los USA, se entiende que los Estados Unidos este adoptando una posición más agresiva si se quiere; de hecho coherente con el entendimiento que Bolton tiene de la diplomacia.  La impunidad de quienes fueron, y creo todavía están, catalogados como terroristas, es un tema que incomoda mucho a los Estados Unidos.

Trump quedó con la impresión de que Duque no es el líder indicado para el momento que atraviesa el país, y Colombia es su mayor aliado en la región y esto es problemático en el juego geopolítico que se está jugando en la región.  En fin, la lectura de Trump es que a Duque le faltan cojones.  En la percibida ausencia de liderazgo, los USA prefiere errar en el lado de excesiva “intromisión” para asegurarse que el mensaje es claro y entendido.

Duque le ha dado una lectura equivocada a lo que está sucediendo, y su apego a la diplomacia y a la no violencia está dejando que la situación se desborde.  No hay que ser un mago para entender, que la mejor defensa de Maduro es desestabilizar a Colombia y los operativos cubanos y venezolanos están muy ocupados agitando a la gente para movilizar masas y crear anarquía.

La izquierda coordinadamente está tratando de crear una situación de anarquía e ingobernabilidad, y Duque con su talante conciliador le está haciendo el juego.  La izquierda ataca desde distintos frentes y supuestamente por distintos motivos: alcalde encargado Santa Marta, Petro en Bruselas por asesinato de líderes y JEP, entre muchos otros.

Para terminar de rematar, los números no ayudan al gobierno: desempleo en aumento, cafeteros nuevamente en problemas y críticas al Plan de Desarrollo.  No en vano la última encuesta de CNC muestra una caída en la imagen de favorabilidad del presidente.  Domésticamente, la izquierda está teniendo éxito en deslegitimar al presidente Duque e internacionalmente, no tiene la confianza de nuestro más importante aliado en un momento crítico.

Causas de este despapaye son variopintas, pero es urgente que el presidente de un timonazo y es hora de que cambie la percepción de que lo tienen acorralado.  El país reclama un timonel y esto no da espera.

Alguna vez sugerí que el presidente invoque el equivalente de la figura del estado de sitio para tener licencia para gobernar con mano dura, y todavía pienso que es el camino.  No es el momento de jugar a la democracia pluralista, cuando tenemos la anarquía y quien sabe que más a la vuelta de la esquina.  Estos no son tiempos corrientes, y no sabemos cuánto más va a durar la implosión de Maduro. 

Este es el momento de mano firme.  La parte del corazón tendrá que venir más tarde cuando se hayan solventado las dificultades presentes.



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