Reforma política y burocracia

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Grandes peligros se ciernen sobre la Republica cuando personas bien intencionadas pero con pobre entendimiento del problema y falta de conocimiento tratan de resolverlo.  De hecho el manejo torpe termina empeorando el problema.

Los proyectos de reformas política producen terror, especialmente el presentado por el inefable, indescifrable y acomodaticio saltimbanqui Roy Barreras.  ! Dios nos libre de semejante adefesio! 

Voto a los dieciséis años es una irresponsabilidad siquiera sugerirlo.  El voto a los dieciocho se copió de países donde las personas a esa edad salen de la casa de sus padres y asumen el control de sus vidas.  Trabajan, estudian, pagan impuestos y participan en la vida económica del país, de tal forma que  merecen tener voz.  En Colombia, generalmente este no es el caso, incluso hay zánganos que ya vejancones siguen en el nido y mantenidos.  

Sugiere Roy Veleta, el político de las mil caras, que se elijan setenta senadores: dos por departamento, y treinta por circunscripción nacional.  ¿Para qué?  El senado debería tener dos representantes por departamento y punto.  La Cámara según la población.  De hecho, se debería reducir el tamaño de los concejos y asamblea a cinco representantes.

Que se acabe el voto preferente y se vote por listas cerradas; lo que tiene el efecto de ser un sistema elitista y excluyente, muchísimo más apto para incentivar la corrupción que pretende eliminar. Y que dizque quien sea cabeza de lista sea el candidato presidencial, y que dos vueltas a nivel regional para ciertos cargos. El derecho a ser elegido se ha restringido, y se quiere restringir aún más, a punto tal que se ha convertido en derecho solo para una elite, en un privilegio heredable.  En síntesis, se pretende acabar la corrupción limpiando el ejercicio político, pero se pretende hacerlo de una forma que garantiza y perpetúa la captura del estado y del presupuesto por parte de los corruptos.  Claro, que la solución de cómo proteger las ovejas viene del lobo, y de uno de los más feroces, entonces no se puede esperar mucho.

Al igual que la tal consulta y los proyectos presentados por el Presidente Duque, son una aspirinita para curar un cáncer del pulmón (es que el vecino de este espacio es médico).  No voy a entrar a plantear lo que ya varias veces he planteado con respecto al origen de la corrupción sino quiero enfocarme en las soluciones, que no me las invento yo sino que han sido propuestas por estudiosos del tema.  Yo simplemente las regurgito platanizadas.  La forma de neutralizar la inherencia de los políticos y otros grupos de interés en el manejo de la cosa pública es fortalecer la carrera administrativa para que los empleados sean independientes y neutrales en la toma de decisiones.

Primero, actualizar el sistema de contratación para asegurar que los empleados contratados son idóneos.  Segundo, garantizar que no se tuerzan por el camino, en parte dándoles seguridad laboral para protegerlos de los vaivenes políticos –la carrera administrativa que ya existe- y también haciendo controles aleatorios que podrían incluir someterse al polígrafo. Y por último, sanciones ejemplares cuando se detecten faltas.

Si se esteriliza la toma de decisiones y el manejo del presupuesto y de la contratación pública con una burocracia competente, independiente e incorruptible, entonces si avanzaremos no solo en el tema de la lucha contra la corrupción sino también en la capacidad del estado para cumplir su función.  La eficacia de cualquier estado está cimentada sobre la calidad y capacidad de su burocracia.

Antes de intentar soluciones peregrinas como las que se están planteando, sería aconsejable trabajar en el mejoramiento y depuración de la burocracia a todos los niveles.  No tenemos todavía los cimientos y ya queremos poner las ventanas.  Lo responsable es archivar todos esos proyectos hasta nueva orden, pero si se aprueba algo, ojala no sea aquello que hoy podemos predecir con razonable certeza empeoraría la situación. 

En vez de perder el tiempo con reformas perniciosas, deberían estar presentando y discutiendo proyectos para que la burocracia colombiana alcance niveles de excelencia y pueda garantizar la capacidad de accionar del estado.