Las aspiraciones de Colombia para ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos más conocida como la entidad de las naciones más ricas del planeta o la OCDE, es una gestión inaudita si tenemos en cuenta la realidad del país en temas sociales y económicos.
La referida entidad es un organismo de cooperación internacional, compuesto por 35 estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales.
Lo primordial es que Colombia, según datos del Banco Mundial, es una de las naciones latinoamericanas con más desigualdades. En el índice de desarrollo humano de la ONU, Colombia pierde diez puntos una vez que se lo pondera en términos de desigualdad de acceso a la salud, la educación y bajos salarios. Las señales de desigualdad se extienden por todo el tejido económico y social.
Esta aspiración gubernamental de graduarnos de nación más rica no es la mejor ocurrencia de un gobierno al que sólo le faltan unos pocos meses para terminar sus labores. Colombia se encuentra en proceso de adhesión a la OCDE desde el 29 de mayo de 2013.
Colombia en vez de disminuir crece en desigualdad económica y social. Como es posible que en materia de trabajo u ocupación la mayoría esté en el rango del informal o rebusque y la corrupción continúa con un aumento incontrolable.
Si Colombia aspira a graduarse como el 36 estado más rico en el mundo tiene primero que pasar por el largo y exigente aprendizaje de un nuevo modelo de desarrollo e industrialización y que su economía no dependa exclusivamente de la minería del carbón y el petróleo; incorporando el medio ambiente en los programas y políticas públicas; además, mejorando el acceso y la calidad en la salud, la educación, el sistema salarial y de empleo.
La aspiración de ingresar a Colombia al club de las naciones más ricas del planeta, es otro hecho de lo increíble e inaudito que solamente ocurre en este país macondiano.
De todas maneras la aspiración del Gobierno Nacional, que preside Juan Manuel Santos Calderón secundado por el Ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas Santamaría, más bien parece un chiste en un programa de humor colombiano.
Colombia como otro estado más rico del mundo, en el marco de lo increíble e inaudito es lo mismo que la aseveración en el sentido que es la nación más feliz cuando en verdad, esa sí absoluta, es la más fiestera y folclórica del planeta.