¡Gracias por el oso!

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Sobre el tema he escrito un par de columnas.  La primera publicada en El Informador en septiembre 7 de 2015 cuando Caicedo todavía era alcalde, y en la que le pedía que renunciara a la sede de los Juegos Bolivarianos. 
Dudé en ese momento de que pudiéramos sacar adelante los juegos y presentar la mejor cara de Santa Marta porque los problemas básicos no estaban resueltos, y aun no lo están.  El 15 de febrero apareció la segunda columna también en El Informador, en donde cuestionaba el liderazgo de esta iniciativa por los atrasos y la evidente falta de recursos para hacer lo que inicialmente se había visionado.

El reciente informe de la Contraloría General de la Nación llama la atención sobre los atrasos de algunas obras importantes y la legalidad de algunas actuaciones administrativas.  Si hace más de dos años manifesté mis dudas, hoy tengo certeza de que vamos a hacer el oso.  Coldeportes salió a tratar de tranquilizar a la Contraloría y a la opinión pública argumentando que los cronogramas son realistas y las obras que no han comenzado van a estar listas para las justas.  Llama la atención que no contradice el diagnóstico de la Contraloría; es decir, tácitamente le da la razón pero dice que todo puede subsanarse sin problemas.

Las dudas que tuve hace dos años eran fruto de la experiencia personal de haber gerenciado proyectos, y consciente de los constreñimientos que limitan la habilidad de ejecución en nuestro medio.  Prácticamente no había, y no hay, margen de error, de tal forma que ante cualquier eventualidad inesperada, el proyecto no llega a feliz término.  Esto va desde problemas climáticos hasta paros entre muchas otras posibilidades.  Con la premura con que van a terminar algunos escenarios, ojalá no tengamos que lamentar alguna tragedia como sucedió en Ibagué.

Caicedo y Martínez pensaron con el deseo y creyeron que esto era soplar y hacer botella.  Acostumbrados como están, por haber sido burócratas de tiempo completo, a obras retrasadas o nunca terminadas y monstruosos sobrecostos, pensaron que con un evento que tenía un cronograma que no podía ser alterado y que debía ser ejecutado con las asignaciones presupuestales adjudicadas, podían gerenciarlo con la misma incompetencia con que han gerenciado los otros proyectos.  ¡Que equivocados estaban!

Ya veremos en que termina todo esto, pero definitivamente estos juegos no serán la mejor vitrina para Santa Marta.  Una oportunidad desperdiciada.  Sería bueno que las autoridades miraran con lupa para ver en manos de quien quedaron los importantes recursos asignados a estos juegos; es decir, quienes se enriquecieron.  No hay que tener bola de cristal para saber que Caicedo está tratando de aceitar la maquinaria política para competir en los ciclos electorales que se avecinan e incluso apalancar sus aspiraciones presidenciales.  Han puesto al ratón a administrar el queso.

Una consideración que parece obviaron y que han debido hacer antes de colocar el primer ladrillo es que los escenarios una vez construidos hay que mantenerlos.  ¿De dónde van a salir los recursos?  ¿Cuál es la estrategia para que estos escenarios sean activos y no pasivos para las arcas de la ciudad y para que no caigan en el abandono? ¿Qué eventos se cranearon para generar ingresos?  Es decir, que lo que produzcan compense los costos de mantenimiento, deje ganancias y posicione mejor a Santa Marta.

El oso que estamos a punto de hacer, es lo que sucede cuando el tamaño de la ambición es inversamente proporcional a las habilidades y competencias de quien las tiene.  No vale la pena preguntarse más si los juegos van o no van; es un hecho que van y es un hecho que será un oso.  La única pregunta por responder es de qué tamaño será el oso.