Mucho cuidado con la economía: Se debe generar riqueza.

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

El Pájaro de Perogrullo

El Pájaro de Perogrullo

Columna: Opinión

e-mail: jplievano@outlook.com



Las noticias sobre la economía no son halagadoras. La economía no está mal como consecuencia de las columnas pesimistas y negativas de los periodistas y líderes de opinión, como mal lo señala el Gobierno.
La economía está mal como resultado de la coyuntura económica mundial, en parte, pero en una mayor parte, como resultado de la conducta propia del Gobierno. La coyuntura mundial, en efecto, no favorece. Según los datos de la ONU “la economía mundial permanece atrapada en un prolongado período de bajo crecimiento”. Indica la ONU que el crecimiento en 2016 solamente fue del 2.2%.

En parte, esa desaceleración económica se debe al débil ritmo de la inversión, a la disminución del comercio internacional, al lento crecimiento de la productividad y a los elevados niveles de deuda. Se debe además mencionar que esta desaceleración económica también se genera por la incertidumbre en los hogares y en los negocios, a nivel mundial, que hace que el consumo y la inversión se debiliten. Igualmente, este débil crecimiento económico, ha generado escasa reinversión, lo que dificulta aún más la recuperación económica mundial.

Para países como Colombia, que se ven inmersos en la dependencia de los “commodities”, el ciclo de bajo crecimiento mundial y la escasa demanda de los mismos, los atrapa aún más por sus bajos precios.  Por si esto fuera poco, se han presentado también excedentes de producción de algunos “commodities”, como el petróleo, lo cual hace que el precio se vea también afectado a la baja.

En este escenario mundial de vacas flacas, el Gobierno, en lugar de dirigir la política pública hacia la inversión en productividad y competitividad, usa muchos recursos, y usó muchos de los recursos excedentes de la bonanza petrolera, en gastos de funcionamiento, obras innecesarias y subsidios mal direccionados, lo cual, a todas luces, no es coherente a largo plazo con los objetivos de prosperidad y erradicación de la pobreza. Así, la economía colombiana creció un magro 2% en el 2016, cuando venía de crecer un 3.1% en el 2015, repito, parte por las mismas políticas del Gobierno y parte por la coyuntura mundial. No obstante, la ONU espera crecimientos del 2.7% y 2.8% para los años 2017 y 2018, respectivamente, en el PIB agregado mundial. En nuestro caso, el crecimiento económico para el año 2017, según el Gobierno, estaría en un nivel superior al 2% del 2016. No obstante, el cálculo no obedece a ningún soporte real, sino a lo que se desea creer o vender.

De hecho, algunos expertos han indicado que el crecimiento del PIB del 2017 será igual al del 2016 e, incluso, otros expertos han indicado que estará en un 1.8%, si no menos. Esta diferencia en el crecimiento agregado mundial del PIB y lo que crecería la economía colombiana, rezagada de la estadística mundial, se debe más a factores de nuestra propia creación. La incertidumbre política, generada por el mismo Gobierno, por el maltrato institucional, la inseguridad jurídica y los malos acuerdos de La Habana han hecho que los inversionistas nacionales y extranjeros actúen con mucha cautela. Igualmente, los consumidores están apretando sus cinturones.

En realidad, consumidores e inversionistas, consumen e invierten menos, por la situación de inestabilidad institucional, pero también por los efectos de la onerosa reforma tributaria, destinada a pagar el desmesurado desborde de los gastos y tapar el derroche del Gobierno, lo cual en últimas afectará el crecimiento económico a mediano y largo plazo. Si Colombia no crece a tasas superiores al 5% anual de manera sostenida, será imposible generar riqueza y se pondrán en riesgo las inversiones en infraestructura, servicios públicos, educación y asistencia social que tanto necesitamos.


Más Noticias de esta sección