Una cosa es Dinamarca y otra Cundinamarca, ¿pero y hasta qué punto y por qué?

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El Pájaro de Perogrullo

El Pájaro de Perogrullo

Columna: Opinión

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En este país, que suele traer ideas y conceptos extranjeros para su aplicación, muchas veces ellos se incorporan directamente a la realidad nacional y otras tantas se "colombianizan", es decir, se ajustan a la realidad colombiana, o como diría alguien por ahí, se "platanizan".

 

También nos inventamos maneras de hacer las cosas, simplemente con el argumento de que acá se deben hacer  así, o simplemente la tradición indica que son así, y por ello no es adecuada la manera como las cosas se hacen en otras partes. Realmente hay argumentos para una u otra cosa, para hacer o no hacer las cosas como se hacen en el extranjero.

Sin embargo, a largo plazo, como se debería solucionar la discusión es que no deberíamos inventar la rueda, pero deberíamos ajustarla a nuestra realidad, y a largo plazo adoptar las mejores prácticas internacionales.  Claramente las ideas y conceptos que se desarrollan en otras latitudes no pueden ser aplicadas de forma directa, sin un análisis profundo para ver si esas ideas y conceptos solucionan el problema de manera adecuada en Colombia. Ese análisis puede determinar que algunas ideas y conceptos requieran una "colombianización" y que otras no.

Así, lo que requiera consideraciones de tipo social o cultural debería tener algún tipo de ajuste. Otras cosas de tipo técnico no deberían ser ajustadas a la realidad nacional, sino simplemente aplicarse como fueron inventadas en el extranjero. Un ejemplo claro de lo segundo son las normas ISO y de estándares de calidad y producción. Otro ejemplo son los procedimientos técnicos y mecánicos que deben ser realizados de la misma manera en Colombia y en el extranjero, en decir en Cundinamarca y en Dinamarca (la reparación de motores, turbinas, etc.). Algunas cosas que son técnicas, sin embargo, pueden tener unas variaciones pequeñas y temporales del estándar internacional, dada cuenta los recursos que se tienen en el país y la capacitación de la gente que va a realizar los procedimientos técnicos.

 Pero ello debe tender al estándar internacional en el largo plazo. Causa por ello sorpresa que al adoptarse estándares internacionales, como por ejemplo las normas NIIF y Basilea III, por circunstancias no de "colombianización", sino simplemente de protección de intereses particulares, se incorporen de manera diversa en Colombia. De hecho, el Gobierno Nacional resolvió variar la implementación de estos estándares internacionales para que los bancostuvieran un patrimonio técnico de cobertura de riesgo sin necesidad de capitalizaciones adicionales y por supuesto que los balances lucieran mejor. Esto implicó una "colombianización" inadecuada en perjuicio de los ahorradores y del propio sistema. Igualmente, el Gobierno Nacional, con bombos y platillos, anunció la expedición de un decreto que regula el servicio de transporte público de pasajeros  de lujo. El decreto lo único que consiguió fue favorecer a las empresas de taxis para que, a través de unos taxis negros con una raya roja, puedan abusar y cobrar más por el mismo servicio.

 Lo que vemos entonces es que a veces se nos va la mano y tratamos de copiar de manera inadecuada lo que se hace en otras latitudes o lo hacemos a nuestra manera, todo ello en beneficio de unos pocos y en perjuicio de los muchos.Y esto con la frase: "es que aquí las cosas se hacen así". En conclusión, la rueda si hay que adaptarla a la realidad colombiana, pero hasta que punto y por qué es lo que debemos analizar, y no que ello sea por la defensa de intereses particulares sino por necesidades reales, fundamentas y en beneficio de todos.



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