Finalmente, se surtieron los comicios locales. En todos los rincones de Colombia fueron elegidos Gobernadores y Alcaldes. No me queda más que desearles suerte a los elegidos para que hagan de sus Departamentos y Municipios bastiones de desarrollo y bienestar. Las reflexiones, sin embargo, de los comicios en todo el país son varias. En primer lugar, ganaron en su mayoría las alianzas "tutti fruti" o "salpicón".
La Constitución del 91 prometió participación ciudadana y profundización democrática. Se pretendió dejar el bolígrafo de los jefes de los partidos por la democracia directa o "in situ" y que fueran los integrantes de los partidos los que eligieran los candidatos, a través de consultas internas y listas abiertas. No obstante, lo que se creó fueron micro empresas electorales que se alían unas con otras, sin importar la ideología o los programas, para llevar a sus candidatos y grupos de interés al poder.
En segundo lugar, las Gobernaciones y las Alcaldías pasaron de ser centros de gestión de política pública a ser simples parcelas de producción, necesarias para pagar apoyos, es decir son sólo las naranjas necesarias para exprimir y producir el jugo de reparto presupuestal en beneficio de pocos y en perjuicio de todos. En tercer lugar, no creo que ninguno de los partidos o movimientos políticos puedan reclamar la victoria.
Todos los partidos y movimientos sufrieron derrotas y tuvieron victorias, pero algunos partidos o movimientos por tener cuota burocrática se quedaron con el pecado y sin el género. Hicieron alianzas con los antagonistas para ver si se quedaban con el botín electoral y no lo consiguieron. Pero si consiguieron desdibujarse ante los electores. Esto ha llevado a que la política hoy en día sea en general más politiquera que nunca. Finalmente, por lo que se puede observar a grandes rasgos, el resultado final es agridulce.
En algunos lugares ganaron candidatos independientes que lograron imponerse a las maquinarias o independientes con apoyos de partidos políticos. En otros ganaron los candidatos de los partidos políticos con maquinaria. En algunos otros, ganaron candidatos de la vieja política que se han reencauchado en el mismo u otro partido. En otros lugares se eligieron candidatos probos, preparados y con sentido social y ciudadano. En otros no tanto.
De especial importancia es la elección de Enrique Peñalosa en Bogotá, Maurice Armitage en Cali, Rodolfo Hernández en Bucaramanga y Alejandro Char en Barraquilla, quienes son ejemplo de candidatos electos que son la esperanza de la buena gestión pública. Todo ello está acompañado con el nuevo menú político del país: los candidatos "salpicón". Habrá que ver de que color o sabor de fruta se tornan una vez comiencen a gobernar. En fin, unas son de cal y otras son de arena a nivel nacional. Solo me resta desearles éxito a todos los elegidos, en beneficio de la ciudadanía, independientemente de quien los avaló o los saltos politiqueros que hayan hecho para elegirse.
Que recuerden que las alcaldías y las gobernaciones no son parcelas, ni naranjas, y que se gobierna con todos, para todos y en beneficio de todos. Tercio Extra: Cada partido tendrá que revisar en que acertó y en que erró en los comicios y hacer los ajustes que correspondan. El CD debe entender que las preferencias por Uribe a nivel nacional no se trasladan por osmosis a nivel local, es decir la política local no se hace sin líderes locales fuertes y carismáticos.